Dar es la mejor comunicación

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En tan solo diez días, este spot de la compañía Tailandesa de telecomunicaciones True Move consiguió más de 10 millones de visitas en su página web, y obtuvo reproducciones en decenas de blogs y páginas web, con traducciones a varios idiomas.

A mí me llegó por varios sitios, y todos me lo enviaron para que lo comentara. No podía negarme. Porque debemos difundir las historias que nos enriquecen. Ahora que tantos spots buscan el recurso al humor zafio, a la sensualidad o al materialismo, reconforta descubrir un anuncio sencillo –pero sublime– como éste: un “spot con valores” que está haciendo llorar y pensar a medio mundo, y cuyo mensaje refuerza la línea de comunicación de la empresa: “Dar es la mejor comunicación

El vídeo comienza de modo visualmente fuerte: la cámara en movimiento y el montaje dinámico transmiten desasosiego e inquietud. Un niño ha sido pillado in fraganti cuando robaba en un comercio. La dueña le arrincona y le grita, incluso le abofetea. Cuando el niño abre su mano, vemos lo que ha cogido: medicamentos. La dueña pregunta: “¿Y qué pensabas hacer con esto?”. Aún con la cabeza baja, el chico responde: Dárselos a mi madre

Es ahí cuando aparece el protagonista de la historia. El dueño de un bar cercano ha visto y escuchado todo, y decide intervenir. Pide calma a la señora y pregunta al niño: “¿Tu madre está enferma?”. El niño asiente, compungido. Y el hombre muestra un gesto de inmensa magnanimidad: paga las medicinas a la dependienta y se las entrega al niño junto a una sopa vegetariana para su madre…

Este arranque presagia un relato lleno de emociones. Porque pasan los años, y esa referencia a las medicinas–sembrada con acierto en el guión– se convierte en un leit motiv narrativo y temático muy hondo, algo que provoca un giro sorprendente y conmovedor. No voy a contar la historia. Quiero que tú la veas y la sientas personalmente, que saborees su delicadeza y su ternura. Hasta llegar al final.

Ciertamente, hacen falta anuncios con valores. Anuncios que aporten optimismo y esperanza, que nos iluminen y enriquezcan. Porque el ser humano necesita de vez en cuando chispazos de luz interior; necesita sentir que en la vida hay algo más que triunfar o poseer. Quizás por eso hoy se habla tanto de Publicidad emocional: porque los anuncios sólo conectan con nosotros si hablan de nuestros deseos y nuestras emociones. En los anuncios –hoy como siempre– debemos descubrir quiénes somos, y en historias como ésta descubrimos nuestra mejor y más profunda identidad.

 

1 comentario en “Dar es la mejor comunicación”

  1. Marius Schmitt (Grupo mañana)
    Marius Schmitt (Grupo mañana)

    Buenas tardes,
    Después de ver este video me pregunto: “¿Por qué hizo la compañía este video cómo propaganda? ¿Quiere crear lazos con nuevos clientes, o no es propaganda del estilo clásico, sino la creación de conciencia para mejorar el mundo?
    En general: “¿Cuál es la intención de la empresa?

    “En tan solo diez días… más de 10 millones de visitas en su página web”. Esta reacción de la gente me muestra qué la mayoría podría crear una relación con el video, es decir, se sintieron emocionados, o al menos estimuló el pensamiento. Sin embargo, estas dos reacciones plantean las siguientes dos preguntas para mí:

    1.) “¿Las personas se sienten bien después de ver este video y felices al ver que hay bondad en el mundo? (Sentido de diversión)
    2.) “¿Las personas crean una relación con su vida y proyectan la situación y quieren hacer un cambio?” (Sentido de Lección)

    Otro ejemplo es un experimento real realizado hace unos meses de otra forma, pero con el mismo enfoque “Un momento especial en un ambiente diario”

    Era un día normal en hora punta en enero de este año en el metro de Washington D.C. Una persona estaba tocando el violín durante 45min. Tocó seis piezas de Johann Sebastian Bach. En este tiempo, cerca de 2000 personas han pasado por delante del violinista, pero solo siete personas habían escuchado la música durante un momento. La propina que ganó en este tiempo fueron 32$ de 20 personas diferentes.
    ¿Pero quién fue el violinista? Fue Joshua Bell, uno de los mejores músicos de nuestro tiempo tocando las piezas más difíciles del mundo para violín. El violín tiene un valor de 3,2$ millones y dos días antes, Joshua Bell estaba tocando en Boston enfrente de un público que pagó 100$ promedio.
    El experimento se llevó a cabo por Washington Post con la pregunta de la percepción en nuestro día laboral:

    ¿Podríamos ser capaces de ver la belleza más allá de lo que observamos en nuestra rutina?
    ¿Si no vemos la belleza de la música de Joshua Bell porque no tenemos ningún momento para escucharla, cuantas oportunidades perdimos en nuestras vidas por ir demasiado deprisa?

    Un saludo,
    Marius Schmitt

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