Exportar a través del comercio electrónico

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Internet no es más que un canal de comercialización que no exime
del cumplimiento de la legalidad vigente aplicable a los contratos base del
comercio electrónico internacional. Por lo tanto, la primera clave y la
más importante es comprender qué supone una exportación/ importación.

En comercio exterior no siempre existe libre comercio y el movimiento de
productos está sujeto a normas que habitualmente lo dificultan.
Simplificando, existe
exportación cuando hay una salida de mercancías y/o servicios fuera del
territorio aduanero comunitario de la Unión Europea (UE)
. Así pues, las
compraventas internacionales entre empresas situadas en territorio aduanero
común no se definen técnicamente como exportaciones o importaciones, son
entregas y adquisiciones intracomunitarias. 
También es importante conocer las
particularidades de España,
ya que Ceuta y Melilla -aunque territorialmente son
Comunidades Autónomas españolas y por ello también forman parte de la UE- no
pertenecen a su territorio aduanero común. Cuando una empresa comunitaria vende
o compra de Ceuta y Melilla está exportando/importando. En cambio, las Islas
Canarias sí que pertenecen al territorio aduanero comunitario, aunque cuentan
con un régimen fiscal especial.

Lo mismo ocurre con las compras
de particulares
, sujetas a la misma calificación y cuya regulación debemos
conocer para comprar por Internet productos con origen no comunitario. 
En este enlace puedes consultar la normativa aplicable.
No existen leyes
universales aplicables
erga omnes. Cada Estado
soberano cuenta con su pirámide normativa y, siguiendo con el ejemplo de los
movimientos de mercancías en territorio comunitario donde no existen aduanas ni
aranceles a la importación, no hay una libertad real de circulación de
mercancías ni de servicios,
ya que, por ejemplo, un producto alimentario “X” de
origen español y fabricado conforme a la normativa española, no puede
comercializarse en otros países comunitarios con el etiquetado que llevaría en
nuestro país.
Una cosa es que como
particulares podamos comprar online para nuestro consumo productos de
diversos países con sus configuraciones originales, y otra muy distinta que
podamos hacerlo como empresa que luego va a comercializar esos productos en un
territorio soberano.
Pocas tiendas online
que venden en territorio comunitario cumplen la normativa en vigor en cuanto a
derechos de consumidores.
En España, desde el 13 de junio de 2014, las
disposiciones de la Ley 3/2014, trasposición de una Directiva comunitaria, son
de obligado cumplimiento.
En este enlace puedes acceder a un informe sobre cómo adaptar
un comercio electrónico a esta nueva normativa.
El comercio electrónico
está sujeto a la normativa aduanera
y en los supuestos de
exportaciones e importaciones pueden existir aranceles e impuestos especiales
que graven su comercio. El hecho de vender online un producto que vaya
a importarse en un país tercero no quiere decir que la importación no vaya a
estar gravada en destino. Internet es sólo el medio donde se perfecciona la
compraventa internacional, la exportación/importación.
Otro aspecto fundamental que se
debe tener en cuenta con los precios de una tienda online es el
IVA, impuesto indirecto que grava el consumo
 y que es
distinto en cada país
. La regla general del comercio internacional de
mercancías entre empresas inscritas en el censo VIES (Sistema de Intercambio de
Información sobre el IVA) comunitario es que los
precios no llevan IVA. Igualmente sucede con las exportaciones de mercancías
B2B (Business to Business). No es así con las ventas B2C (Business
to Consumer
) de mercancías, es decir, de empresas comunitarias a particulares
residentes en otro país comunitario. En este caso el IVA aplicable debe ser el
del país donde va a consumirse el bien, que es habitualmente el de residencia
del comprador.
Citaré, en último lugar, el comercio
electrónico de servicios
y de los denominados servicios calificados
como electrónicos, cuya complejidad merece un artículo aparte, ya que su
normativa acaba de cambiar en la UE.
Encontramos abundante literatura
últimamente sobre el comercio electrónico internacional como clave para
diversificar mercados y encontrar nuevos clientes. Tener una tienda online
no es la panacea
, espero que nadie piense que con una tienda online
traducida del español al inglés tal cual, va a poder vender fuera de nuestras
fronteras, ni mucho menos exportar. El comercio exterior de mercancías y de
servicios es una disciplina que requiere formación y por supuesto experiencia. Quien
nunca haya exportado fuera de Internet y quiera comenzar con un negocio
online
enfocado al exterior debe prepararse. 

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