La publicidad y su impacto en las apuestas deportivas

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Los operadores de juego online invirtieron en 2018 casi un 50% más que el año anterior en estrategias de comunicación para la consolidación de su actividad entre los españoles, consiguiendo calar especialmente en el veinteañero, nuevo perfil del jugador medio español.

Hace apenas unos días, los informativos de noticias colocaban el debate que, desde hace unos años, viene preocupando a un sector importante de la población en el centro de la opinión pública: las casas de apuestas no dejan de propagarse a lo largo y ancho de los barrios obreros del país, y los españoles no están dispuestos a contemplar cómo esto acaba con su concepto de convivencia vecinal de brazos cruzados. Así que, ante tal realidad y asumiendo que la única manera de cambiar su rumbo es mediante un posicionamiento firme en contra, han surgido en España varias plataformas desde las que luchar por el freno de una tendencia que podría tener consecuencias nefastas para el conjunto de la comunidad.

Se trata de un problema que se va extendiendo entre los usuarios de Internet especialmente entre los jóvenes. Así se pone de manifiesto en este artículo publicado en La Razón  que he conocido a través de la Newsletter de Family Watch y del que te copio a continuación algunos párrafos.

«En estos momentos, las personas con trastornos asociados al juego ya no son las únicas afectadas, sino toda la sociedad civil, que está comprobando que las alternativas de ocio que se les ofrece a sus jóvenes tienen efectos negativos y están creando un verdadero conflicto ante el que las administraciones reaccionan tarde, mal y sólo a rastras de las demandas de esa misma sociedad», explica seguro Juan Lamas Alonso, director ejecutivo de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados (FEJAR). Pero, ¿por qué ahora y por qué en España? ¿En qué momento empezó a ocurrir este fenómeno y qué factores lo han hecho posible? El experto no titubea a la hora de señalar culpables: «La publicidad online es la que está creando una sensación generalizada de que el juego de azar es una actividad inocua, sin riesgos, lo que se traslada al día a día en el crecimiento del juego de azar en los bares y salones de apuestas». Dicho de otro modo, el principio del problema social de carne y hueso se construyó a fuerza de anuncios entre las paredes invisibles de internet.

Todo arranca con el cambio de milenio, cuando el juego de azar entra por primera vez y de forma directa en los hogares de los españoles a través de las pantallas de sus ordenadores. A falta de un marco legal específico, la actividad nació y se multiplicó libre de ningún tipo de restricción y, por consiguiente, sin garantías para los usuarios. No sería hasta 12 años después cuando la Ley 13/2011 empezara a aplicarse para la regulación del juego online. «A raíz de su legalización, los operadores de juego online ejercieron presiones para hacerse con un lugar en los medios de comunicación a través de la publicidad, que no sólo está permitida, sino que no pasa un control», advierte preocupado Juan Lamas. Y vaya si han conseguido su objetivo. No hay más que conectarse a la Red y ver un partido de fútbol en directo para comprobar el bombardeo de publicidad por parte de los operadores de juego online al que se someten los espectadores; spots anunciando fundamentalmente casas de apuestas deportivas, segmento en el que, precisamente, se registra un mayor número de jugadores.

La aprobación de la Ley 13/2011 vino acompañada por la creación de la Dirección General de Ordenación del Juego (DGOT), entidad de la que emanan trimestralmente estudios e informes sobre las tendencias del juego por Internet en el país. Así, sabemos que, en la actualidad, España cuenta con un total de 84 operadores de juego online legalizados, así como que el Margen Neto de Juego (MNJ) en 2018 fue de 699 millones de euros. Dentro de esta modalidad, destacan las casas de apuestas deportivas, que son ya 32 y generaron el último año más de 365 de millones de MNJ, es decir, más de un 52% del total. Indagando un poco más en la naturaleza de esta actividad, se hace palpable la creciente popularidad de la apuesta en directo que, si en 2014 apenas representaba un 1% de las apuestas online, ahora rozan el 56%. Un aumento de popularidad entre los usuarios de este tipo de juego online que casa con la cada vez mayor inversión de este sector en publicidad que, si en 2013 era de 67,6 millones de euros, en 2018 fue ya de más de 168 millones, lo que es casi un 50% más que en 2017. «Las estrategias de los operadores online están siendo claramente efectivas en el hecho de que están intoxicando el deporte, intoxicando el esfuerzo diario, intoxicando la imagen de todas esas personas que, previo acuerdo de cuantiosos contratos, se prestaron a ello», reprocha el director ejecutivo de la Fejar en referencia a las estrellas de fútbol que protagonizan los anuncios de estas casas de apuestas online.

Nuevo perfil

Como resultado, estas potentes campañas de publicidad están normalizando el juego de azar entre la población, llegando, en particular, a quienes hasta ahora se habían mantenido al margen: los jóvenes. «La edad de inicio en el juego de azar según el Plan Nacional sobre Drogas es de 14 años, llegando hasta el 20% la tasa de jóvenes de entre 15 y 17 años que reconoce practicar algún tipo de juego de azar con el agravante de que, por ley, no se puede jugar hasta los 18, y lo saben», expone Juan Lamas, a lo que añade que, «en la población clínica que acude a los centros de FEJAR, la edad del perfil del ludópata también ha bajado: si hace 10 años se hablaba de un hombre de entre 45 y 50 que jugaba a las máquinas tragaperras, ahora estamos hablando de un chico joven de entre 22 y 26 que hace apuestas deportivas».

Ver también:”El negocio de la ludopatía: el 60% de los jugadores no puede devolver sus préstamos” y “La gran mayoría de los consumidorespide prohibir la publicidad de juegos de apuestas

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