Malos modales entre profesionales

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Hace un tiempo leí un artículo del profesor Gerardo Castillo Ceballos, que se titulaba “El preocupante olvido de los buenos modales”, y del que extraigo la siguiente frase: “Es verdad que la noción de buenos modales ha evolucionado a lo largo del tiempo, pero eso no significa que se haya perdido lo esencial o que se pueda modificar de forma caprichosa. Todos hemos comentado alguna vez “¡qué niño más educado!” refiriéndonos a lo mismo: a unos modales que expresan una calidad personal ligada a valores interiorizados“.

Los buenos modales no deben quedar solamente en el ámbito personal, sino que también debe ser un valor en nuestras organizaciones profesionales o empresariales, como un claro reflejo de esos “valores interiorizados” por nuestra organización.

Devolver una llamada, responder a un mail, solventar un problema de un cliente o un requerimiento de información, son conductas básica; pero también deben mantenerse los buenos modales con otros profesionales, y por supuesto que también con los de la competencia.

Os cuento una situación vivida recientemente. He pasado varios meses con un complejo proceso de reestructuración de un grupo empresarial, lo cual me llevó a tener que reunirme y negociar con diversos responsables de unas cuantas entidades financieras, para solventar el problema del pasivo de nuestro cliente, y, por qué no decirlo, para que las entidades financieras pudiesen cobrar lo adeudado a ellas. Finalizado el asunto, de manera muy favorable para todas las partes, procedí a llamar y a mandar mails a los diversos interlocutores del ámbito financiero con los que me había relacionado por este asunto, agradeciéndoles sus buenos oficios y felicitándolos por su profesionalidad y buen hacer.

Todos me respondieron, a excepción de un concreto grupo bancario, del cual NINGUNO, de los tres interlocutores directos que tuve durante la negociación y conclusión del acuerdo, respondió a mi llamada telefónica, ni respondieron al mail que les remití.

Conclusión: He dejado de ser cliente de esa entidad financiera, porque no tienen buenos modales. Y ahí sí que recibí una llamada… pero del responsable comercial y de relaciones con el cliente…

Los buenos modales nos atraen, los malos modales generan rechazo. Cuidémoslos.

José Grande

Abogado. CEO en ESLEGAL.ORG

Fuente: LinkedIn

Este es el comentario de Fernando Elvira a este post de LinkedIn:

Los buenos modales, la educación son fundamentales, como muestra de respeto y de convivencia, por supuesto también en el mundo profesional. Una anécdota: En la anterior empresa donde trabajaba, se produjo un cambio de accionistas en 2017 y “desembarcaron” los designados por los nuevos dueños, que nos entrevistaron. El que me tocó en suerte, despegó todo su arsenal de mala educación, fruto de su posición de fuerza. El directivo debió pensar que sus gruñidos y el desprecio a nuestro trabajo me harían ver que mandaba mucho. Yo lo achaqué más a su inseguridad y falta de humildad.

Ver también: “La mala educación y la falta de modales ¿a qué se deben?” en este blog “Los buenos modales y sus efectos positivos” y “Cuida esos buenos modales

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