¿Qué es para ti el ÉXITO? ¿Es para todos lo mismo?

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¿De dónde viene el concepto de éxito que tenemos? Desde bien pequeños se nos ha inculcado una definición bastante cerrada de dicho término, si no, pregúntate qué es una persona de éxito para ti. Seguramente, sin pensar demasiado, te venga a la mente la idea de una persona con carrera universitaria, un buen sueldo, con pareja, tal vez un coche, incluso una casa… Pero, si ni todos somos iguales, ni a todos nos gustan las mismas cosas, ni tampoco todos tenemos el mismo concepto de felicidad, ¿por qué deberíamos estar todos cortados por el mismo patrón y tener la misma definición de este concepto?

En la Real Academia Española la palabra “éxito” aparece definida como “Resultado feliz de un negocio, actuación”, es decir, cualquier cosa que hagas que te aporte felicidad. Detengámonos ahí un momento. Felicidad. Un concepto universal que tantísimos quebraderos de cabeza ha dado a infinidad de filósofos intentando comprenderlo y definirlo.

Hace unos cinco años, gracias a un viaje transoceánico que puso mi vida patas arriba, me di cuenta de que, aún teniendo los requisitos necesarios para ser considerada una persona de éxito, o con latentes posibilidades para lograr serlo, lo que realmente aportaba felicidad a mi vida era algo tan sencillo y complicado a la vez, como lograr tener calma interior, estar en paz conmigo misma. Jamás había considerado qué valores personales motivaban mi camino en la vida, cuál era el alimento que daba gas a mi motor, simplemente iba en piloto automático, como muchos, y seguía patrones y estándares externos que la sociedad me había enseñado se suponía debían aportarme éxito, por tanto, felicidad. Pero la realidad era que, aún con todo lo que tenía y las futuras posibilidades, nada me motivaba lo suficiente como para verdaderamente sentirme plena.

Tras este viaje físico, vino otro mucho más profundo, el viaje mental. Un camino directo a mi interior, lleno de autoexploración en busca de autoconocimiento, una dirección que, en este sendero llamado vida, a tantos se nos ha pasado desapercibido. Y ¡normal!, nunca nadie nos ha enseñado a verlo, ¿cómo podríamos ser capaces entonces de contemplarlo?

Una de las razones por las que estoy aquí escribiendo este artículo y compartiendo estas palabras con todo aquel que quiera leerlas, es para decirte que, si cada cierto tiempo te cuestionas, “¿es esto realmente lo que quiero para mí?”; si a veces te cuesta levantarte de la cama por las mañanas, por falta de motivación y excitación por el nuevo día y sus múltiples posibilidades; si a pesar de estar haciendo todo lo que te dijeron que debías hacer para ser una persona de provecho, exitosa, sigues sintiendo ese vacío casi existencial; lo más seguro es que, como yo, te hayas olvidado de conocer, analizar e investigar, a la persona más importante de tu vida, tú.

Hemos crecido con la presión social de ser personas de éxito, hasta aquí podemos pensar, “bueno, no está mal, incentivar a las personas con el objetivo de lograr ser su mejor versión y así alcanzar la felicidad parece un bien para todos”. Y es cierto, no hay nada de malo en ello, el problema radica, en que la definición de éxito se basa en estándares externos y cuando empezamos la búsqueda de nuestra propia felicidad de afuera hacia dentro, en vez de adentro hacia afuera, siento deciros que es como empezar la casa por el tejado. Si no tenemos claros los cimientos de nuestro hogar, nosotros, el desarrollo del resto será algo vacío de significado y el proyecto de construir una vida que se sienta plena, probablemente no fructifique dando los resultados deseados.

La obligación que sentimos de demostrarle al mundo nuestro éxito, lo que ellos, los otros, consideran como tal, radica de la necesidad de obtener reconocimiento externo por falta de darnos valor a nosotros mismos. Si nosotros no nos valoramos, esperamos que al menos, sean los demás quien nos lo den.

Por tanto, para romper este círculo vicioso, lo primero que debemos hacer es darnos el espacio necesario para reconocernos, sí, volver a conocernos; cuestionarnos qué valores son fundamentales para nosotros; observar nuestras cualidades intrínsecas, no aquellas aprendidas a lo largo de nuestra educación; pensar aquellos momentos en los que realmente nos sentimos feliz y orgullosos de nosotros mismo y reflexionar el porqué.

Abrir este espacio es darte la oportunidad de entenderte mejor y mirar de frente a tu realidad y a tu posible futuro. El viaje al interior de uno mismo no es tarea sencilla, porque requiere de tiempo, paciencia, comprensión, cariño y entendimiento, puede incluso que dé un poco de vértigo, pero te aseguro que será la mejor aventura de tu vida, una que te llevará a un lugar nuevo lleno de posibilidades, algunas que quizá nunca siquiera te hubieras podido imaginar. Tal vez, te des cuenta de que de manera inconsciente, todos tus esfuerzos se han ido dirigiendo hacia tu propósito, simplemente tenías que darle otra forma o modificar pequeños detalles. O puede que, por el contrario, descubras que el camino que habías tomado hasta ahora ya no te sirve más, y aunque probablemente y como es normal eso te aterrorice, porque suponga un tambaleo y desestabilización de tu actual realidad y sensación de seguridad, lo que hay detrás de esa puerta es un trayecto hacia una vida alineada a tus valores, propósito, a tu verdad, una vida que por fin se sienta realmente plena.  

Cuando estamos seguros de quiénes somos, de nuestro valor intrínseco, podemos centrarnos en ser auténticos y mostrarnos verdaderamente, sin máscaras, títulos o etiquetas. Sencillamente empezamos a vivir nuestra vida a nuestra manera, entregando lo mejor de nosotros en cada situación, y esto es lo que hace realmente a una persona exitosa, la valentía de vivir la vida como desea vivirla, sin estándares y expectativas impuestas por otros.
Tú, y nadie más que tú, tiene la tarea y obligación de definir qué es éxito, por y para ti.

Si te atreves a adentrarte en esta aventura, comparte conmigo en comentarios tu propia definición, ¡me encantará leerte!

 Delia Orella López

Content Creator

deliaorella@gmail.com

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