Uber, el gigante del transporte mundial que no tiene coches en propiedad, descarta implantar su servicio en Barcelona por la falta de licencias arrendamiento de vehículos con conductor (VTC). De esta forma, la capital catalana será la única gran ciudad europea que se queda sin la implantación de esta firma, algo que no cambiará en el futuro cercano por la nula restricción a la concesión de licencias de este tipo.

Uber aterrizó con mal pie en España, cuando en abril del 2014 estrenó sin grandes anuncios pero gran repercusión su servicio de alquiler de coches de particulares (UberPop) en Barcelona. La firma se encontró con una falta de regulación específica en materia de economía colaborativa y una firme oposición del sector del taxi, que derivó en denuncias y la cancelación del servicio.

El año pasado, sin embargo, Uber renació en Madrid con una estrategia muy diferente: en vez del servicio entre particulares, reaparecía con el servicio UberX, que usa conductores profesionales con licencia VTC para transportar a particulares. «Fue una decisión estratégica para la compañía. La aceptación del servicio ha sido muy buena tanto por parte de los conductores profesionales como de los usuarios», agregan fuentes de la empresa. Según esta, con Uber se logra un ahorro «respecto de alternativas tradicionales» del 30% en los trayectos más habituales y de hasta un 40% en viajes al aeropuerto.

Tras la apertura en Madrid, el paso lógico sería abrir en Barcelona, una ciudad donde a Uber le gustaría estar con la nueva fórmula, algo pero no será posible por el menor número de licencias VTC, según Uber. Una anomalía que choca con el mapa donde la compañía opera actualmente en Europa: 86 grandes ciudades o zonas de prácticamente todos los países europeos: Amsterdam, Roma, Praga, Oslo, París, Milán, Londres, Lisboa, Estocolmo, Dublín, Copenhague, Atenas, Berlín… Y en 523 de todo el mundo. Pero no Barcelona.

Fuente: El Periódico

Agradezco a Sandra Chamorro, alumna de Marketing de Servicios, su colaboración en esta entrada