Frédéric Mazzella es una celebridad en Francia. Con solo 38 años, es el presidente de una empresa de éxito que hace bien poco era solo una startup. El éxito de su firma, BlaBlaCar, se percibe como la demostración palpable de que la sociedad francesa es innovadora y dinámica. Solo el año pasado nacieron 96.100 sociedades en este país. En plena expansión, la firma duplica cada año sus efectivos. Una de las claves de su éxito es haber sabido desarrollar una buena idea. “Cuando la tienes te vuelves un poco paranoico. Lo importante es no quedar paralizado y actuar rápido, como cuando el jugador de rugby coge el balón. Hay que echar a correr”, explica Mazzella en la sede central parisina de su sociedad.
En las oficinas de BlaBlaCar en París las salas son amplias, muchos muros son transparentes y la lengua franca es el inglés. La media de edad es de 29 años y muchas reuniones se realizan de pie, frente a una pizarra, o en la cafetería, donde todos pueden saber qué se está haciendo en otros departamentos. Por las paredes se diseminan, siempre en inglés, los lemas que inspiran la cultura de la firma: “Somos apasionados. Innovamos”. “Piénsalo, constrúyelo, úsalo”. “Comparte más. Aprende más”. “No asumas nunca. Comprueba siempre”. Es parte de la filosofía de la empresa, que pretende mantener este espíritu fundacional y motivante. Fácil, cree Mazzella, ahora que todavía crece de manera acelerada y que promueve el credo de la economía colaborativa.
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