En la era digital, el entretenimiento audiovisual ha alcanzado cotas increíbles, pero para padres, formadores, catequistas o profesores, la tarea de filtrar el contenido inapropiado puede ser un desafío, sin apenas herramientas de control parental disponibles. En este contexto surge Klinema, una innovadora aplicación que ofrece una solución de filtrado con valores para ayudar al entretenimiento familiar.
“Somos muchas las familias que queremos ver buen cine en casa, y no es nada sencillo, pues hasta ahora tenías que estar todo el tiempo con el mando a distancia en la mano para ver cuándo tenías que saltar alguna escena”. Este sentir general que tantos experimentan cada día en sus hogares, ya sea para filtrar lo que ven sus hijos o lo que ellos mismos consumen, lo refleja con estas palabras Miguel Ferrández Barturen, director general de Methos Media, empresa de mecenazgo de producción audiovisual que ha creado el portal Klinema. Esta aplicación responde a una demanda no satisfecha hasta ahora y que aparece como un “salvavidas” para el ocio de muchas familias.
Antes de sumergirse en una película, serie o documental, los usuarios exploran el catálogo de Klinema, que se actualiza constantemente con las últimas novedades. El equipo de filtradores de la aplicación analiza meticulosamente cada título, clasificándolos en tres niveles de intensidad y control parental según su contenido de violencia, sexo o profanidad.
El usuario tiene el control total al aplicar uno de los tres niveles de filtros ofrecidos y configurar los controles parentales. Pueden disfrutar de las películas o series con «saltos» o «silencios» en los lugares que contengan escenas no deseadas. Además, cada ficha de película o serie permite a los usuarios agregar comentarios sobre posibles filtros que podrían faltar.
Para lograr este ambicioso y ansiado objetivo, Klinema tiene un equipo de personas que visualiza todas las películas, series y documentales que tienen en su catálogo (actualmente 1.800), porque sólo así se pueden identificar con seguridad los posibles inconvenientes. No hay programas ni inteligencia artificial detrás de estas decisiones, sino personas que aplican los filtros de acuerdo con una sensibilidad acorde con los valores familiares.
Para poder disfrutar de los beneficios de Klinema las familias tienen que ser clientes de la plataforma en la que se encuentre la película. Este novedoso servicio no ofrece los contenidos, sino que es una herramienta –agrega Barturen– de “recomendaciones y de opciones de filtrado”.
Una vez suscrito a Klinema –cuyo coste anual es de 24 euros– e instalado el plugin que necesita este portal (ya se trabaja en el acceso desde la Smart TV), el usuario podrá visitar el catálogo, buscar la película y observar en la ficha, además de críticas especializadas, qué tipo de filtros tiene y en qué plataforma se emite. Si la familia elige ver la película, sólo tendrá que pinchar y disfrutar del contenido con tranquilidad sabiendo qué escenas pueden ser problemáticas y que estas serán filtradas por Klinema jugando el papel de un “mando a distancia”.
Fuente: Artículo publicado en la edición número 72 de la revista Misión, la revista de suscripción gratuita