Un nuevo estudio publicado en el American Journal of Preventine Medicine detalla que los dos principales fabricantes de bebidas azucaradas a nivel mundial financiaron en EE.UU. a 96 organizaciones que tienen un importante papel en la promoción de hábitos saludables y la lucha contra la obesidad o la diabetes. Estas enfermedades son potenciadas por el alto consumo de azúcares. El objetivo, según la revista científica de la Asociación de Medicina Preventiva de EE.UU., era limitar las críticas científicas a los refrescos y restar apoyos a las leyes que limitan su consumo.

La Asociación de Diabetes de EE UU, la Fundación de Investigación de la Diabetes Juvenil o la Sociedad Americana de Cáncer figuran en la relación de entidades receptoras de fondos. En ella también se encuentra la mayor asociación de médicos del país, la AMA, la Cruz Roja, o incluso el Centro de Control de Enfermedades, la principal agencia del gobierno estadounidense que vela por la promoción de hábitos sanos.

Epidemia mundial

«Nos hemos centrado en EEUU, pero el número de entidades que reciben fondos de estas dos empresas en todo el mundo debe ser mucho más alto», explica Daniel Aaron, investigador de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Boston y coautor del estudio.

La investigación resalta el caso de la ONG Save the Children, que apoyaba los impuestos a los refrescos, pero que dejó de hacerlo en 2010 después de recibir más de cinco millones de dólares de Coca-Cola y PepsiCo en 2009.

Entre 2011 y 2014, Coca-Cola gastó de media más de seis millones de dólares (unos cinco millones de euros) al año en este tipo de acciones. PepsiCo gastó tres millones y la Asociación de Bebidas de EE UU, un millón, según el estudio de la American Journal of Preventine Medicine.

Los que no aceptan financiación

Hay un polo opuesto. En este, están órganos como la Academia de Dietética y Nutrición o la Academia de Pediatría de EE.UU., que rechazaron cualquier tipo de inyección económica procedente de Coca-Cola y PepsiCo.

Los autores del trabajo hacen un llamamiento al resto de organizaciones relacionadas con la salud que están en la lista y les invoca a hacer lo mismo.

Similitud con las tabaqueras

La industria del azúcar y los mayores productores de refrescos del mundo –con dosis elevadas endulzantes- viven una situación similar a las tabaqueras hace décadas. El mundo sufre una epidemia de obesidad y de bebidas azucaradas cuyo causante es el adoctrinamiento del consumo de azúcar en sus múltiples versiones.

Cada lata de refresco convencional contiene 40 mg de azúcar, bastante más de los 25 diarios considerados ideales por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

 Adicción a los refrescos

El consumo de refrescos aumenta, llegando a límites de adicción como ocurre, por ejemplo, en México. Ante esta grave situación, algunos países han creado impuestos contra estas bebidas y otros barajan incluir mensajes de alerta. Avisos similares a los que se muestran en los paquetes de cigarrillos.

La industria ha respondido con un presupuesto millonario para lavar su imagen, aunque el alcance de estas prácticas está mucho menos explotado que en el caso del tabaco.

Coca-Cola y Pepsi lavan su cara

Coca-Cola y PepsiCo destinan millones de dólares a evitar que sus nombres queden vinculados a los, cada vez más, crecientes índices de obesidad. Juegan en otra liga y, aunque son eternos rivales, ambos pueden gastar ese dinero en limpiar su imagen y están de acuerdo en hacerlo.

Fuente: teinteresa.es