Cuando dar es recibir

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Susan Dominus escribe un artículo en el New York Times (27-03-2013) sobre Adam Grandt, uno de
los profesores de mayor prestigio de la Escuela de negocios Wharton de
Pensilvania (EE.UU.), que ha publicado el libro Give and Take. En esta obra propone una
perspectiva novedosa del éxito profesional.



Grandt dedica mucho tiempo a atender alumnos y a hacer
favores desinteresados
. Para él, la ayuda a los demás no es enemiga de la
productividad, sino precisamente una de sus principales fuentes de motivación.
Es especialista en Psicología de la Organización, pero su currículum no es
exclusivamente académico. Cuando tenía 22 años llegó a vender el paquete más
grande de publicidad de una empresa de guías de viaje.

Como algunos trabajadores eran jóvenes universitarios, y con
su sueldo pagaban sus estudios, Grandt hizo que contaran su testimonio al resto
de la plantilla. Posteriormente los ingresos de la empresa se cuadriplicaron.



Grandt dice ser algo escéptico
respecto a las motivaciones de las corporaciones:
“Mi preocupación es en última
instancia el éxito y el bienestar de las personas y de las organizaciones. En
la medida en que los logros individuales y de grupo, y la calidad de vida en el
trabajo, contribuyen a las ganancias, estoy feliz; pero ese no es mi objetivo
principal”. Él se entiende a sí mismo como alguien que se enriquece dando,
analiza esta sensación y establece mecanismos que pueden inspirar a otros a
tener éxito. Give and Take explica que los esfuerzos en la
sociabilidad fortalecen la propia psicología creando hábitos saludables
.

Pero Grandt no es ingenuo respecto a la generosidad. Según
explica el propio Grandt en otro artículo, tras investigar con cientos de personas dedicadas a
las ventas, encuentra que entre los generosos están los que consiguen menos
ingresos y los que generan los beneficios más altos.
Los que solo buscan
recibir, o comparar entre lo que dan y reciben, son más propensos a ocupar
lugares intermedios. En muchas industrias, desde la banca hasta la fabricación
y venta al por menor, los generosos tienen más probabilidades de ganar
promociones y ascender a posiciones de liderazgo
. Al ayudar a los demás sin
condiciones, estas personas construyen redes más amplias y profundas.

Los que solo quieren recibir tienden a “quemar las naves”, y
los que solo piensan en dar para obtener suelen dejar una impresión de estar
siempre llevando la cuenta de lo que se les debe. Los generosos, por el
contrario, tienen un hábito de ayudar a un mayor número de personas, y se ganan
el respeto de sus colegas sin asustarlos.

Grandt dedica bastante tiempo a su esposa y a su hija.
Lógicamente se organiza y establece prioridades. Lo que parece hacerle grande
es que no está demasiado preocupado en cuantificar los resultados de su propio
éxito. Afirma que frecuentemente se inspira en una frase de William James: “El
mejor uso de la vida es gastarla en algo que va a durar más”.



Fuente: Aceprensa (servicio libre on line)

2 comentarios en “Cuando dar es recibir”

  1. En mi opinión personas con la perspectiva de Adam Grandt son escasas. Dar sin recibir nada a cambio como se dice el artículo, no es contrario a la productividad; pero a pesar de eso muchas personas no lo ven así. La gente se suele centrar únicamente en los resultados, resultados obtenidos de dar y recibir algo a cambio.

    Después de leer el artículo estoy convencida de que dar, pero sin esperar nada, conlleva a aumentar la productividad. Considero, reafirmando así lo anteriormente expuesto, que los vínculos que se establecen son mucho más fuertes que de cualquier otra forma. Recibir algo de alguien sin tener que compensarle por ello, tiende a que veamos a esa persona con otra perspectiva diferente. Hecho que ayuda a aumentar la productividad y obtener un mayor liderazgo.

    Sandra Manzano Abad, alumna de MK.Internacional.

  2. Me parece interesante ver que alguien con semejante currículo se dedica de forma totalmente desinteresada a formar y a ayudar a jóvenes futuro economistas y negociadores. Creo que la parte más interesante es la que aparece en el final y habla en definitiva de las diferencias que existen entre los generosos y mandos intermedios. Creo que lo que ocurre es totalmente lógico. Alguien productivo es alguien valioso para la empresa. Alguien productivo no es solo aquel que incrementa la competitividad es que genera mayores beneficios digamos, sino también alguien capaz de estimular a sus compañeros, a ayudar y echar una mano cuando se es necesario, alguien que, por decirlo de alguna manera, pone el espíritu en la empresa y se compromete a un nivel mucho más elevado que el individual. Es lógico que ese tipo de personas reciban mayores retribuciones y puestos de mayor confianza y responsabilidad, pues en su día a día demuestran que efectivamente están preparados para ello. Creo que es importante que las empresas cuenten con personal así, creo que una de las características más importantes que un trabajador debe tener hacia una empresa es el interés y el respeto por la misma, y es así como se construye su posterior generosidad.

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