«Estas páginas son una respuesta a las numerosas peticiones que se nos han hecho para que contáramos algo acerca de nuestra experiencia de vida con unos padres que están en proceso de beatificación. Si ese proceso culmina o no, lo dirán Dios y la Iglesia, pero es cierto y motivo de emoción familiar que son muchos hoy los que se dirigen a ellos en petición de favores. Su estampa está ya en trece idiomas»
Así inicia el prólogo Rafael, unos de los nueve hijos de Tomás y Paquita Alvira en la reciente publicación de una nueva biografía de este matrimonio que tiene por título «Cuando el amor construye la familia» (ed. Rialp) La semblanza la desarrolla María Isabel, la octava. Son ya varias las biografías existentes sobre este matrimonio. Esta se suma a todas ellas desde la mirada afectuosa, cercana y agradecida de un hogar donde nada pasa desapercibido. Porque los hijos se fijan en todo… y lo comparten aquí con el lector.
Cómo el amor construye la familia
La familia se construye a partir del amor, que actúa como su fundamento esencial y motor principal. Este amor no es meramente un sentimiento pasivo, sino una acción consciente y voluntaria que se nutre día a día mediante el desprendimiento, la comprensión, la empatía y la solidaridad. Es en el seno familiar donde se aprende a amar de forma incondicional, sin condiciones ni expectativas, y donde se forjan las personalidades de cada miembro. El amor en la familia se manifiesta en gestos cotidianos, palabras de afecto, apoyo mutuo y el respeto a las diferencias de cada uno.
El amor de benevolencia, que quiere el bien del otro por su propia persona y no por sus cualidades, es la base necesaria para la formación de la familia. Sin embargo, este amor debe ir acompañado de una donación y aceptación total y exclusiva del otro, lo que implica un esfuerzo continuo por crecer como personas y por construir una convivencia armónica.
El amor sostiene a la familia
El amor conyugal, como modelo de amor para los hijos, es fundamental, ya que es en la pareja donde los hijos aprenden las primeras lecciones sobre cómo amar y ser amados. El ejemplo de amor que ven los hijos en sus padres es el mejor método para educarlos en el amor.
Este amor familiar no solo fortalece la unidad interna de la familia, sino que también tiene un impacto profundo en el desarrollo de los individuos y en la sociedad en general. La familia es considerada la primera y más importante escuela de amor, donde se cultivan las virtudes como el respeto, la honradez, la responsabilidad y la gratitud, preparando a sus miembros para enfrentar la vida con integridad. Además, el amor en la familia es contagioso, influyendo en las relaciones futuras de sus miembros y transmitiendo valores que benefician a la comunidad. En resumen, el amor no solo construye la familia, sino que también la sostiene y la hace crecer,
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