Dime dónde vives y te diré cuánto pagas. Las tiendas de moda española con precios asequibles en territorio nacional elevan los importes de sus etiquetas cuando cruzan la frontera y se instalan en las grandes plazas financieras del mundo.

Y es que, con carácter general, los precios de las marcas Made In Spainsuben, y a veces se disparan, en otros países. Son muchos los motivos económicos, y corporativos, que explican este cambio. Pero el consumidor, que es quien hace el desembolso y poco entiende de esas razones, es el que a veces desconoce que encapricharse de un abrigo de Zara en un viaje al gélido Manhattan puede suponer un pago mucho más elevado de lo previsto.

Si ese abrigo es el «Boucle», uno de los destacados de la cadena que pilota Amancio Ortega, el sobrepago es de 88 euros. Es la diferencia entre los 79,95 euros que marca en Madrid y los 184 dólares (168 euros) que cuesta en la tienda de Zara de la Quinta Avenida de Nueva York. Es algo más del doble. Si el antojo surge en una escapada a Londres, la otra gran plaza financiera mundial, el precio es de 111 euros. En todos los casos, se incluyen los impuestos locales (los ejemplos toman como referencia la fiscalidad de Nueva York, pues varía según estados) y se calcula el precio en base a la cotización actual del euro, el dólar y la libra.

Ese variante abrigo no es una excepción. En un polo de hombre, los 33 euros de la Gran Manzana o los 32 de Londres quedan lejos de los 22,95 euros de España. El bolso que en territorio nacional cuesta 59,95 euros asciende a 97 euros en Reino Unido y a 99 en EEUU. Esto es, 1,7 veces más.

Todas estas diferencias encuentran explicaciones económicas. Como telón de fondo, subyace el tamaño de cada mercado y su riqueza. El análisis del PIB per cápita de España, EEUU y Reino Unido muestra el distinto nivel de vida en cada economía. Así, según los datos del Fondo Monetario Internacional (FMI), los españoles gozan de 26.326 dólares (23.998 euros) por habitante, frente a los 44.117 dólares de los británicos y los 55.904 dólares de los norteamericanos.

En los distintos precios por áreas geográficas son evidentes, asimismo, las fluctuaciones de divisas, que las firmas no repercuten inmediatamente. Los expertos apuntan también que las diferencias de precios en los distintos países se deben el impacto de las cuestiones arancelarias y logísticas, de los costes de distribución o de los niveles de sueldos en cada país. Del mismo modo, hay que tener en cuenta los impuestos de cada economía y los gastos de estructura, como es el caso del precio de los alquileres en los distintos lugares del mundo. A ello se suma que algunas empresas adaptan sus colecciones a las peculiaridades de cada área pues, por ejemplo, unas son más frías que otras.

Pero junto a esas cuestiones económicas, los analistas destacan que también hay otras razones de índole más psicológica. Así, la percepción de Zara entre compradores españoles y norteamericanos no coincide, pues en EEUU es concebida como una marca de gama más alta que en territorio nacional. De este modo, la subida de precios le posiciona en un segmento más elevado que otras enseñas como GAP o H&M.

Sorin Gavrila

Marketing TIC

Fuente: Expansión