Internet ha cambiado la forma de hacer negocios y la relación entre quien presta el servicio y quien lo contrata. Uno de los mejores ejemplos de esta máxima es la economía colaborativa, que difumina las barreras entre cliente y proveedor.

La economía colaborativa está reescribiendo la forma en la que se prestan servicios o se venden e intercambian bienes. Pero, ¿qué entendemos por economía colaborativa? Es un concepto abierto a interpretación pero que tiene unos elementos fundamentales, entre los que se cuentan el uso de Internet y las TIC como plataforma para poner en contacto a clientes y prestadores de servicios o vendedores.Es decir, se elimina al intermediario para crear una comunidad en la que cualquiera puede ser cliente o vendedor, los denominados modelos de negocio P2P –persontoperson-.

Es una fórmula de éxito probado. Los ejemplos están ahí y tienen nombres como Airbnb, Blablacar o Kickstarter, startups todas ellas bien conocidas por el público. De hecho, según un informe de la consultora PricewaterhouseCoopers, España es el país de la Unión Europea en el que más se usa la economía colaborativa y el segundo en el que se tiene mayor conocimiento de este modelo de negocio o forma de acceder a bienes y servicios.

Todo esto se traduce en una cifra de negocio mundial que esta consultora estima en más de 300.000 millones de euros para el año 2025. Ante este dato surge una gran pregunta: ¿qué sectores son los que más se van a beneficiar del auge de la economía colaborativa? ¿Cuáles son los que ya están innovando en esta dirección? Descubramos algunos de ellos.

Turismo

Uno de los sectores que mejor ha acogido el surgimiento de la economía colaborativa ha sido el turístico. Esto es especialmente cierto en España, en donde PricewaterhouseCoopers calcula que alrededor del 50 % de las habitaciones disponibles en las urbes del país se reservan ya a través de plataformas digitales del tipo Airbnb. “En las cuatro mayores ciudades, las plataformas P2P de alquiler ofrecen ya una mayor capacidad que las empresas ‘tradicionales”, afirma la consultora.

Transporte

El transporte es otra área de negocio que ha visto llegar la economía colaborativa de manera más importante. Blablacar es un buen ejemplo del funcionamiento de las plataformas P2P en este sector.

Compraventa

Los ‘mercadillos digitales’ son hoy una realidad afianzada que incluso cuenta con la presencia de startups españolas de renombre, como Wallapop. Vender y comprar artículos entre particulares nunca había sido tan sencillo.

Inversión colaborativa

El crowdfunding es un ejemplo de cómo pequeños inversores particulares pueden hacer realidad todo tipo de ideas de negocio. En España es ya una de las formas preferidas de financiación por parte de los emprendedores, gracias también a plataformas ‘made in Spain’ como Verkami, Lánzanos o Goteo.

Los retos que plantea la economía colaborativa

Como toda innovación, la economía colaborativa también debe sortear dificultades y retos que dificultan su encaje con la denominada ‘economía tradicional’. De ahí que la legislación esté comenzando a regular este tipo de servicios, que hasta hace poco no contaban con ningún marco jurídico.

Mención aparte merece el complicado reto de monetizar este tipo de plataformas P2P, que en su inmensa mayoría suelen ser de uso gratuito tanto para el que las utiliza como cliente como para quien hace negocio con ellas. La inclusión de publicidad y la implantación de pequeñas tarifas o comisión de uso parecen ser una de las posibles alternativas.

Ver también: «La economía colaborativa se sienta a la mesa«

Fuente: BBVA con tu empresa