Es frecuente ver anuncios que nos emocionan. Por ejemplo, los que quieren evocar recuerdos de nuestra infancia, hacernos creer que somos los mejores, que podemos hacer cualquier cosa, que lo importante son nuestra familia y amigos. Otros, frente al pesimismo por la situación económica y la desconfianza generada por el entorno, pretenden fomentar el optimismo que supera todas las dificultades.

Un ejemplo es el siguiente de Campofrío, para la Navidad de 2012:

La publicidad emocional.

La publicidad emocional es aquella que apela directamente a las emociones y sentimientos de las personas para vender un producto o transmitirnos un mensaje. Este tipo de publicidad, es la antítesis de la publicidad racional que apuesta por un contenido más informativo y lógico, que nos quiere demostrar que el objeto que se publicita es útil para el consumidor que lo quiere comprar.

Si hacemos memoria, todos recordamos algún anuncio y es muy posible que ese anuncio sea emocional. La causa es que los recuerdos que más tiempo permanecen en nuestra memoria, son los que están asociados con variables emocionales significativas como pueden ser: la cólera, la alegría, el miedo, la tristeza, el amor, la sorpresa, la vergüenza o la aversión. Es decir, las emociones que según la psicología son las básicas del ser humano.

Las emociones afectan también a la actuación del ser humano, incluso aquellas que pensamos que son más racionales. Por supuesto, la compra de un producto no está exenta de las emociones que la condicionen. Todo esto, se lleva aplicando desde hace mucho tiempo de forma más intuitiva, aunque ahora hay estudios que los respaldan.

La realización de un anuncio emocional es compleja, se empieza con percepciones (insights) que tienen que ver con valores o emociones. Después, se tiene en cuenta las tendencias, la situación sociopolítica del país. La marca  conecta con el cliente y éste empatiza con la marca. La mayor dificultad radica en darle la importancia necesaria a la emoción, sin que llegue a ser directa o muy rebuscada. Hay que dejar que el consumidor piense y eso ayudará a que nuestro anuncio sea más eficaz.

En algunos casos, las empresas aprovechan las emociones, que están presentes en el deporte. Por ejemplo, tenemos la cerveza Mahou y al Club Atlético de Madrid, que es el equipo que mejor suele aprovechar y realizar mejor estas campañas.

También la política quiere aprovechar esas emociones, para conseguir nuestros votos ya sea de una manera positiva o negativa. El  vídeo siguiente es de la campaña de Ciudadanos para las elecciones de 2016.

Donde se aprovecha al máximo las emociones es el mundo de la ONG. Por sus características, son las que mejor saben llegar a lo más profundo de nosotros y crearnos un debate interno o impactarnos. Los dos siguienes anuncios, son muy significativos: una campaña de Unicef y otro de varias campañas de la DGT sobre Seguridad Vial:

Tomasz Tomaszewski, alumno de Marketing TIC

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