Los más de mil muertos que causó el derrumbe de una fábrica textil en Bangladesh indignaron a muchos consumidores, que apoyaron iniciativas de plataformas sociales como Change.org y Avaaz.org para garantizar la seguridad de los trabajadores en el país asiático. 
Algunas de las cadenas de ropa occidentales recogieron el guante y prometieron indemnizar a los familiares de las víctimas y cancelar contratos con proveedores que usen trabajo esclavo. Pero, ¿realmente cambiará algo en la cadena de producción? ¿Incidirá su reacción en las ventas o en la reputación de estas marcas?

 

 

Todavía son una minoría los consumidores que toman en consideración los aspectos éticos, ecológicos y humanitarios de la producción y distribución de bienes y servicios. Sin embargo, el consumo responsable tiene cada vez más repercusión en las redes sociales y alumbra nuevas formas de presión que las empresas no deberían subestimar. 

 

En el cuaderno «RSE + RSC: Las responsabilidades de la empresa y el consumidor (I)«y  en RSE + RSC: Las Responsabilidades de la Empresa y el Consumidor (II) publicados por la Cátedra «la Caixa» de Responsabilidad de la Empresa y Gobierno Corporativo del IESEAndreu Peiró analiza entre otros temas, cómo los consumidores presionan a las empresas para que contribuyan a un mundo más sostenible. 
 

 

 

 

Fuente:  IESE Insight