El corazón da cantidad de vida y el cerebro calidad de vida

El corazón late por cantidad, el cerebro marca la calidad

El Dr. Valentín Fuster, cardiólogo de prestigio internacional, afirma que el corazón nos da cantidad de vida, mientras que el cerebro nos da calidad de vida. Esta idea conecta de lleno con los retos de la juventud actual: cuidar la salud física y la mental no es solo una recomendación médica, sino una estrategia vital para vivir con sentido.

Jóvenes, educación y propósito

Fuster recuerda que la educación es la llave que abre la libertad. Para los jóvenes, aprender no solo significa alcanzar un título académico, sino también adquirir criterio, confianza y capacidad para decidir. Sin educación, uno se siente dominado por las circunstancias; con ella, se convierte en protagonista de su historia.

En Marketing y Servicios defendemos esta misma visión: la formación continua es un motor de transformación personal y social.

Mentores y referentes en la vida

El doctor Fuster comparte cómo los mentores marcaron su camino. Los jóvenes necesitan referentes que inspiren y motiven, pero también tienen la oportunidad de convertirse en ejemplo para otros. El liderazgo auténtico no se basa solo en el éxito individual, sino en servir para mejorar el mundo.

Hábitos que cuidan cuerpo y mente

La juventud se enfrenta a desafíos como el exceso de pantallas, el sedentarismo o la presión por el “éxito inmediato”. Frente a esto, el mensaje de Fuster es claro:

  • El corazón necesita movimiento, alimentación equilibrada y deporte.

  • El cerebro se fortalece con educación, creatividad y relaciones humanas.

Ambos son inseparables: más años de vida solo tienen valor si esos años se llenan de calidad.

Conclusión: una llamada a la juventud

El desafío de las nuevas generaciones es encontrar un equilibrio entre cuerpo y mente, cantidad y calidad, ciencia y valores. No se trata únicamente de vivir más, sino de vivir mejor, con propósito y compromiso hacia los demás.

En Marketing y Servicios creemos que este enfoque coincide plenamente con nuestra misión: formar jóvenes capaces de liderar con valores, cuidar de sí mismos y contribuir a una sociedad más justa y próspera.

Porque el corazón late por cantidad, pero es el cerebro —con educación, salud y propósito— el que marca la verdadera calidad de la vida.

José María Sánchez Villa

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