Hasta el año 2012, la marca francesa Decathlon se limitaba a adaptar sus campañas a cada uno de los países. Pero en febrero de 2013 lanzó un anuncio diferente en nuestro país, con una cierta referencia al carácter español. Tiene un mensaje motivador y alegre que pretende abarcar a todo su público y, a la vez, transmitir su filosofía como marca: “hacer accesible el deporte al mayor número de personas”.
La práctica de cualquier deporte ha sido siempre fuente de valores, centrados sobre todo en el valor de la competición: la ilusión, el empeño, la fuerza de voluntad; la superación personal y la lucha contra los propios fracasos; y, muchas veces, el afán de mejora, el logro de metas altas, la conquista del triunfo y de la gloria.
Sí, todo eso es verdad. Y en nuestra sociedad –podríamos añadir– ese mensaje del esfuerzo y el sacrificio personal resulta más necesario que nunca. Pero el deporte tiene también otros valores para quienes nunca ganaremos en un estadio: compartir una afición con los amigos o compañeros, disfrutar de una paseo en bici con los hijos o la familia entera, sentir la brisa del mar mientras se corre por la playa sin la necesidad agobiante de conquistar un triunfo.
Con una mirada cercana y optimista, la marca acoge y anima en este anuncio a quienes practican cualquier deporte pero no se creen tan deportistas que quieran desconectar del trabajo o del mundo. Es más, a veces quizás lo practican a su manera. Por eso nos dice: “A todos aquellos que no conocen las reglas, las cambian o se inventan unas nuevas. Que viven del deporte sin nadie que les patrocine, que ganan trofeos mucho más importantes que el oro, la plata o el bronce…”