En los últimos años, estamos presenciando intentos de acercamiento entre dos ámbitos que hasta hace no demasiado habían vivido en mundos separados, casi podría decirse que mirándose con recelo el uno al otro. Esos dos ámbitos son por un lado, las Humanidades, ese conjunto de ciencias relacionadas con la cultura humana que existen desde que el ser humano tiene tal condición, y por otro lado, el mundo de los negocios, cuya actividad se desarrolla en el seno de esa organización que nació con el feudalismo y que, tras evolucionar en las etapas del mercantilismo y el capitalismo, ha derivado en la empresa moderna. Teniendo objetivos completamente diferentes los dos ámbitos se han dedicado a trabajar por sus propios objetivos sin siquiera echar un vistazo a lo que hacían los del otro lado.
Estamos presenciando intentos de acercamiento entre dos ámbitos que hasta hace no demasiado habían vivido en mundos separados … por un lado, las Humanidades … y por otro lado, el mundo de los negocios
Sin embargo, corren vientos de cambio, porque de un tiempo a esta parte se está produciendo cierta interacción y transferencia entre Humanidades y Empresa, y es que, tal vez lo raro es que no la hubiera habido antes, teniendo en cuenta que la actividad de las empresas la llevan a cabo… personas (sí, esos cuyos asuntos estudian los del otro lado, los de las Humanidades). Desde hace unos años, algunas empresas de gran tamaño y de alcance transnacional están abriendo sus puertas a perfiles procedentes de las Humanidades como historiadores, filósofos o artistas, buscando en ellos ciertas capacidades que proporcionan las disciplinas que han estudiado o en las que trabajan (entre ellas se cuentan el pensamiento divergente, el razonamiento abstracto, la comprensión de las personas, el entendimiento del contexto, el pensamiento crítico, etc).
Desde hace unos años, algunas empresas de gran tamaño y de alcance transnacional están abriendo sus puertas a perfiles procedentes de las Humanidades como historiadores, filósofos o artistas.
Curiosamente, las pioneras han sido empresas dedicadas al ámbito tal vez más alejado de lo humano: el tecnológico (Google, IBM, Youtube, Microsoft o Apple son solo algunas de las empresas que han tomado acción), y es que, tal vez sea en eso que está más lejos de lo humano… donde más se necesite lo humano. Pero hay muchas empresas que, sin ser puramente tecnológicas, también emplean tecnología de manera intensiva (los bancos son un buen ejemplo), y además, las mencionadas capacidades sin duda son útiles también en compañías con menor componente tecnológico.
Curiosamente, las pioneras han sido empresas dedicadas al ámbito tal vez más alejado de lo humano: el tecnológico … pero hay muchas empresas que, sin ser puramente tecnológicas, también emplean tecnología de manera intensiva
Pero no es la contratación de perfiles tecnológicos la única forma en la que es posible tomar aspectos y componentes de las Humanidades. Las empresas también pueden aprovechar las capacidades adquiridas en esos campos que los propios empleados -que no procedan del campo de las Humanidades- puedan tener. Y es que muchos de los empleados de las empresas tienen aficiones relacionadas con las Humanidades (son amantes de la literatura, escriben, componen música, etc) e incluso desarrollan proyectos personales en esos ámbitos, con frecuencia adquiriendo habilidades y capacidades que son ignoradas por las empresas en las que trabajan. A estas capacidades se les podría llamar, porque lo son, Capacidades Personales No Reconocidas. Y una tercera vía por la que las empresas podrían introducir elementos y componentes de las Humanidades sería la de la realización de actividades propias de las Humanidades con todos los empleados (hay estudios, e incluso prácticas, de los beneficios que pueden introducir en el ámbito empresarial el arte, la música o el teatro, entre otros elementos).
Las empresas también pueden aprovechar las capacidades adquiridas en esos campos que los propios puedan tener … Y una tercera vía por la que las empresas podrían introducir elementos y componentes de las Humanidades sería la de la realización de actividades propias de las Humanidades con todos los empleados
En conclusión, Empresa y Humanidades están comenzando a tender algunos puentes, pero deben intentar hacer de su relación algo más estable y duradero -sería algo similar a un matrimonio-, con el fin de que se maximicen los préstamos y transferencias entre ambas, a la par que se establecen de forma permanente. Las apuntadas aquí pueden ser solo algunas de las formas que ese trasvase puede adoptar. Depende de la colaboración de los profesionales de los dos ámbitos que se siga avanzando en una dirección provechosa para ambos.
Sergio Gonzalo
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