El reto de emprender desde la Universidad

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En 2012, se crearon en España unas 110 spin-offs universitarias, es decir, empresas surgidas de un laboratorio o un centro de investigación universitario. La cifra comparada con, por ejemplo, el MIT de Massachussetts es ridícula, pero no desmerece respecto a otros países europeos. Sin embargo, hay un largo camino por delante. ¿Está orientada la educación en España hacia el emprendimiento? ¿Qué se puede hacer para fomentarlo?
Senén Barrio, presidente de RedEmprendia, da algunas claves sobre el emprendimiento universitario. «El problema en España no son las ideas, ni las patentes, es que no hay tejido que las desarrolle y falta inteligencia ejecutiva», afirmó este ex rector de la Universidad de Santiago de Compostela en Start Up Spain, foro organizado por ESADE y la Fundación Rafael del Pino. Es decir, el problema es cómo llevar al mundo de la empresa las ideas que surgen en las aulas y los laboratorios.
En su opinión, «las oficinas de transferencia de resultados de investigación españolas son copiadas en otros países, pero se han quedado ancladas más en la gestión de proyectos que en la comercialización y el emprendimiento». El problema es que «no hay estructura profesional en las Universidades que promueva y venda la I+D que desarrolla».
Con esta opinión coincide Javier López, director general de la Fundación Barrié. «Hacemos buena ciencia pero no lo trasladamos, hay problemas de transferencia de la investigación».
Encontrar capital privado que apoye esas iniciativas es el siguiente obstáculo. De eso sabe mucho Tatiana López, cofundadora de una empresa que también surgió de una universidad, NANOGAP. En el foro Start Up Spain, explicó que lo más difícil a la hora de emprender desde la Universidad es «la profesionalización de la idea y la constante necesidad de financiación». Su idea surgió de un grupo de investigación puntero en nanotecnología y se materializó cuando empezó a pensar a quién podría beneficiar esa tecnología. Y así nació esta empresa de nanopartículas de plata que sirven, entre otras cosas, para las pantallas táctiles.
«Las empresas de base tecnológica sólo pueden aspirar a ser líderes a nivel mundial, si no, te mueres por el camino», afirma Tatiana. Y para eso hay que crecer, «y cuanto más creces más financiación necesitas y más dificultades hay para encontrarla».
Sin embargo, tras un largo proceso, lograron su sueño y hoy venden su tecnología a los departamentos de I+D de las principales empresas. «Los científicos no somos empresarios, por eso necesitamos rodearnos de gente del sector, que tenga contactos y sepa como profesionalizar una idea», recalca.
Como complemento del contenido de este artículo, el vídeo siguiente sobre cómo emprender desde la Universidad. Se trata de la Universidad Panamericana de México y contiene ideas interesantes y que son de actualidad.

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