(…) Según el informe “Transformación y crisis de la institución matrimonial en España», elaborado hace un año por el observatorio Demográfico CEU (con datos del INE y Eurostat), el 50% de los jóvenes españoles y de mediana edad no se casaría nunca, además, un porcentaje similar de los matrimonios españoles se acaban divorciando.
Unido al desplome de un proyecto de vida, de la confianza, del valor de la entrega, de la esperanza … se une el dato de la caída de matrimonios, especialmente por la iglesia, con el registro de solo un 20% de ellos, frente al 99% en el año 1976.
Otro efecto muy dañino del descenso de la nupcialidad y el creciente número de divorcios es el gran número de menores que viven afectados por la ruptura familiar ya que, según los datos, más del 10% de los bebés que nacen en España se criarán con un solo progenitor, ascendiendo ya el número de niños y jóvenes españoles que se crían sin un progenitor alrededor de los 2 millones, mientras que los hogares monoparentales representan entorno al 20% de los hogares con hijos…
Ante este panorama, es curioso y triste a la vez, que cada vez la gente tenga más miedo al compromiso, a pesar de que los estudios demuestren, año tras año, que la felicidad depende precisamente de nuestro nivel de compromiso. Según una encuesta de Gallup realizada en Estados Unidos durante el periodo 2019-23 a más de 2,5 millones de adultos sobre como calificarían su vida actual, los niveles de felicidad de las personas casadas fueron sistemáticamente superiores a los de los solteros, entre un 12% y un 24%, manteniéndose la brecha incluso cuando los investigadores ajustaron factores como la edad, raza, origen étnico, el género y la educación.
“Como mínimo, el concepto de compromiso implica la experiencia de estar unido a otra persona. En el mejor de los casos, significa estar unido a alguien que constituye una base sólida y segura y que estará a tu lado ante cualquier adversidad”, aseguraba la Dra. Monica O’Neal, psicóloga de Boston.
Y esto parece hacerse incluso ciencia como nos decía Eisntein, “cuando los científicos buscaban una teoría del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas. El Amor es Luz. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es Amor”.
Vivimos un mundo en el que el deseo y el emotivismo confunde el amor con el enamoramiento, la entrega personal con «usar» a la persona para mi satisfacción, y cuando desaparecen las mariposas, se justifica erróneamente con la desaparición del amor. Se consumen relaciones igual que camisas, y se huye del compromiso, porque exigiría el desnudarse “de verdad” ante alguien. Ponerse en sus manos y confiar. Pero hoy día es más fácil desnudar el cuerpo que desnudar el corazón para entregarlo. ..
En el matrimonio, el hombre y la mujer se comprometen libremente a amar en plenitud, a la entrega total, absoluta, y recíproca a la persona a la que se ama, y esa es la verdadera libertad….Esta situación sin duda es una de las razones por las cuales vemos el descenso drástico de población, ya que si se huye del compromiso con la persona que en teoría amas, como van a querer atarse con un hijo que además te coarta la libertad.
El secreto de un matrimonio duradero es la carta de San Pablo a los Corintios, y por lo menos, habría que intentar seguir sus consejos alguna vez para no tener que decir aquello de ..se nos acabó el amor. Es el compromiso de querer… querer, todos y cada uno de los días del año, amar, perdonar y pedir perdón, ponerte en lugar del otro. . Y esta es una tarea de todos los días, porque al amor hay que cuidarlo y alimentarlo.
Carta de San Pablo a los corintios: «El amor es paciente, es benigno; el amor no tiene envidia, no presume, no se engríe; no es indecoroso ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no pasa nunca»
Fuente: Extracto del artículo de Pilar Castañón titulado: «Llena su corazón, Hazlo latir», publicado en Woman Essentia