Hace años, BBC Mundo
publicaba que las faltas de ortografía pueden reducir las ventas en el 50%, ya que “cuando se vende o se comunica en
Internet, el 99% del tiempo se usa la palabra escrita”.
No
existen fórmulas secretas ni normas estrictas
,
pero sí recomendaciones que “proporcionan criterios de coherencia en el uso del
idioma”. Así comienza el libro Escribir en Internet, una guía para los nuevos medios y las redes
sociales, publicado por Fundéu BBVA. Mario Tascón (@mtascon) ha dirigido a más de 40 profesionales
que explican cómo redactar un correo electrónico, gestionar la reputación
corporativa online, generar documentos
entre varios, las normas de cortesía y otras cuestiones parecidas. Está claro
que existe un interés creciente por la mejora de la calidad en la
escritura
. El mismo Tascón me contaba que en 2012 uno de los vídeos más
vistos en el Centro de Innovación de BBVA fue precisamente un taller de Fundéu sobre este tema.
Entonces, ¿cómo se
puede escribir bien en los medios digitales?
Me atrevo a resumir el libro
en siete tesis. Son las siguientes:
El español, idioma global. Hay que
entender que Internet y los nuevos medios no entienden de barreras geográficas.
Nuestro blog o canal de Twitter puede leerse por igual en Sevilla que en Buenos
Aires, por lo que es recomendable utilizar un idioma neutro y accesible
a todos los públicos
. Cuidemos, por tanto, la selección de las palabras.
Esa dimensión global incluye también a personas con necesidades especiales
(audiodescripción u otras adaptaciones).
La etiqueta digital sí existe. Llámalo
cortesía o (n)etiquetaConsiste en seguir las normas
de conducta de la comunidad digital, que…Leer más…

serán particulares en cada entorno, y
en respetar a los demás participantes
 en los foros, los canales
digitales o las redes sociales. No cabe la discriminación o la descalificación.
Antes al contrario, hay que favorecer la creación de un entorno amigable, que
respete la privacidad y apoye las diferencias interculturales.
Define un estilo y sé coherente. Se puede
escribir de forma distendida, utilizar el humor o bien optar por un lenguaje
más institucional. Lo que de verdad importa es que tu audiencia sepa
cómo te vas a comportar y qué puede esperar de ti. 
Por eso es
recomendable contar con una guía de estilo que concuerde con la
cultura corporativa y que sea conocida por todos… y no solo por el community manager.
El correo electrónico es una
herramienta de trabajo y no un espacio de divertimento
. Simplifica
el colorín para que el mensaje se entienda. El negro sobre fondo blanco sigue
siendo más valorado. Utiliza el tamaño de fuente 12 o superior para facilitar
la lectura en pantalla y en los teléfonos móviles. El correo requiere una
gramática sencilla, corta y directa.
Si necesitas más de tres párrafos, adjunta
un documento. En realidad, estas normas se aplican casi por igual a otras redes
de mensajería instantánea. Si quieres más, también puedes repasar las ideas de
Seth Godin
sobre cómo y cuándo escribir un correo.
Define el producto digital que vas a
ofrecer
. Las pymes deberían aprender y aplicar el capítulo que distingue entre
sitio web corporativo, catálogo, escaparate, comercio electrónico, intranet o
extranet, administración electrónica, aplicaciones y así hasta once tipos. Cada
uno de ellos requiere un tipo específico de contenido, de diseño y arquitectura
de información, usabilidad u orientación al público (cliente, servicio
postventa o relación con la administración). Ahí reside buena parte del éxito.
Organiza la información de acuerdo
con el objetivo marcado. 
La arquitectura de la información
consiste en que el usuario encuentro aquello que busca de forma sencilla y
rápida. Menos pasos, mayor éxito. La usabilidad comprende también el
diseño, el tipo de letra o la facilidad de lectura en las distintas pantallas.
También es importante que entendamos cómo funcionan los buscadores. No se
puede (ni se debe) engañar a Google,
pero sí es recomendable saber utilizar
las palabras clave, los encabezados o los enlaces.
Profesionaliza tu presencia en los
medios sociales.
 Bien sea por la calidad de los contenidos o por
los sucesivos errores de las grandes marcas, es mejor contar con una persona
que sepa manejarse en el entorno digital. Aquí puedes revisar los
“mejores” errores en medios sociales entre 2001 y
2009. Además, el libro incluye un compendio de consejos legales para evitar que
organizar un concurso online sea un
infierno. No dejes que tu presencia digital sea un asunto menor.