Con el título ÉTICA en dirección de empresas la editorial Pearson acaba de publicar un libro de Doménec Melé que ya se había publicado en inglés. No es una mera traducción, sino una nueva edición que revisa y amplía la versión inglesa. Se trata de un libro relativamente breve (211 páginas) dirigido a empresarios, ejecutivos, consultores y estudiosos de la empresa, con el objetivo de ayudarles a comprender mejor la dimensión ética de la actividad directiva y a tenerla en cuenta en todos los aspectos de su actividad. Me gustaría destacar algunas de sus características:
- Su enfoque es muy positivo: más que presentar un listado de prohibiciones, presenta la ética como algo necesario para una buena dirección. Se ve la ética como una guía para dotar de calidad humana a la empresa y para dirigir bien. El subtítulo resumen bien este enfoque: Calidad humana para una buena gestión.
- Muchos afirman que la ética favorece los buenos resultados económicos a medio y largo plazo. En muchos casos esto es cierto ya que un comportamiento ético contribuye a crear confianza y predispone a colaborar. Sin olvidar este hecho, el libro pone el acento en que la ética en dirección de empresas es necesaria, ante todo, para humanizar la empresa y mejorar las personas.
- El libro introduce unas bases éticas accesibles y prácticas que luego son aplicadas a la dirección, con especial énfasis en la toma de decisiones y, en concreto, a la formulación de juicios morales. De este libro, el Prof. Edward Freeman, Darden Business School, ha afirmado que “los ejecutivos tomarán mejores decisiones si lo leen y estudian”.
- Se sostiene que la dirección de empresas es, ante todo, una actividad humana que se refiere a personas. Es clave, por tanto, reconocer que la persona y su trabajo es central en la empresa. Un trato con calidad humana y una organización adecuada del trabajo son elementos esenciales de la ética en dirección.
- La empresa nace en la sociedad, opera en la sociedad y repercute en la sociedad. Hace aportaciones que contribuyen o han de contribuir al bien común y a un desarrollo sostenible. Es ésta una realidad ineludible de la dirección de empresas. Un correcto enfoque tiene consecuencias para la reputación corporativa o incurrir en riesgos. Pero la responsabilidad social y la sostenibilidad son, ante todo, exigencias éticas que da legitimidad moral a la empresa.
- Al trabajar, las personas –también los directivos– aportan sus competencias y continuamente las acrecientan (o las disminuyen) al mejorar como profesionales y como personas. El libro se fija en la importancia de las competencias morales en el directivo, especialmente en su función de liderazgo, enumerando algunas de ellas y presentando un sistema estructurado de competencias morales.
Fuente: Blog Ética empresarial
Ver también: ¿Qué competencias morales requiere un directivo?