En los últimos meses el servicio de mensajería WhatsApp ha sido protagonista de diversas noticias referentes a su inclinación a extender informaciones falsas (bulos) entre determinados colectivos. El bulo comienza en el móvil de una persona a través de un contacto, que a su vez dice haberlo recibido de otro contacto, y se extiende entre su grupo cobrando verosimilitud. 

La mayor parte de las veces alertan de peligros, pero también aluden a protestas u oportunidades de negocio. A veces tanta ha sido su difusión, que hasta se han conocido fraudes recientes cometidos a través de esta red de mensajería, transmitiendo la sensación de que el delincuente puede colarse entre nuestros contactos. Sin embargo, las estafas han tenido lugar por un cauce paralelo y no dentro de WhatsApp. En este artículo se desvelan cuáles son y se explica cómo evitarlas.

Para evitar fraudes de este tipo, hay que seguir una serie de pautas:
 

-No responder nunca a mensajes desde teléfonos que no se identifiquen con un contacto de nuestra agenda, ni dentro de WhatsApp, o servicios similares, ni por SMS.

-No abrir archivos multimedia de estos mensajes por precaución. Aunque en los móviles la descarga de software solo se realiza desde las tiendas de aplicaciones, en el caso del sistema operativo Android pueden producirse desde terceras plataformas que desconozcamos.

Detalle de uno de los mensajes de texto
 

-Evitar la apertura de los enlaces que nos pasen y, sobre todo no dejar datos personales en las páginas a las que nos llevan.

 Si caemos en la estafa, debemos ponernos en contacto con nuestro operador, para que no nos carguen el coste del servicio premium. La Ley de Competencia Desleal nos ampara.
 

-Denunciar el caso en los servicios de protección del consumidor de nuestra comunidad, así como en la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones del Ministerio de Industria.