El éxito imparable de la economía colaborativa

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Cuando hablamos de economía colaborativa, lo primero que viene a la cabeza son las plataformas como Airbnb o Uber, que tantos quebraderos de cabeza están dando en España a las empresas tradicionales que ofrecen servicios de alojamiento y desplazamiento. No es para menos ya que junto con BlaBlacar y Deliveroo, registran anualmente unos ingresos por encima de los 28.000 millones de euros.

Sin embargo son muchas más las que tienen buena acogida en el conjunto europeo y que están fomentando que desde la Comisión Europea y el Parlamento Europeo se debata para encontrar un buen marco en el que encajen. Los desafíos a los que se enfrenta el conjunto de la Unión Europea son múltiples. Por un lado, dar acogida a estas empresas que fomentan la creación de empleo y la inyección económica desde la innovación. Por otro, que su entrada en el mercado de la competencia se haga de una forma leal y equitativa.

En su mayoría son empresas que han visto la posibilidad de buscar un nicho de mercado en activos que estaban infrautilizados. Compartir casa, coche, un menú de comida, noticias, cualquier objeto cotidiano desde un taladro hasta una bici eléctrica. El poder de Internet y las nuevas tecnologías han hecho que muchas plataformas nazcan gracias al potencial que tiene poner en contacto a una comunidad con intereses compartidos.

En el segmento de las finanzas se encuentra muy bien posicionada la plataforma Zopa, de referencia en Reino Unido. Ha prestado unos 800 millones de libras en el último año, poniendo en contacto a inversores y solicitantes de préstamos, sin ser necesario acudir a un banco, ofreciendo un producto competitivo y desde la inversión ética. Este segmento en España no termina de encajar. Comunitae nació en 2008 para introducir en nuestro país el crowlending a imagen y semejanza de Estados Unidos o Reino Unido, pero a día de hoy ya no otorga préstamos a particulares, salvo excepciones, centrándose en las empresas. Las principales razones para que no avance al mismo ritmo que en Reino Unido son la falta de confianza de los inversores y los préstamos de los bancos tradicionales con intereses competitivos.

Lea aquí el reportaje completo

Ver también entradas sobre Economía Colaborativa en este blog.

En su comentario, David nos sugiere el siguiente vídeo de 2015 sobre «Los retos de la Economía Colaborativa»:

 

7 comentarios en “El éxito imparable de la economía colaborativa”

  1. Christian Gallego Arenas

    En la actualidad, cada vez son más las empresas que se suman a la economía colaborativa. Esto puede ser debido a que en un sector económico haya un mercado monopolístico, oligopolio, es decir, donde haya pocos ofertantes y muchos demandantes, por lo que los precios sean mayores y los clientes no puedan optar por irse a la competencia debido a la falta de empresas que presten su mismo servicio.
    La introducción de estas nuevas empresas hace que se retire el poder total de la empresa tradicional y dando así, paso a un nuevo modelo de negocio que presenta mejores precios e incluso en ocasiones un mejor servicio.
    Un ejemplo que podemos destacar es la polémica tras la aparición de Uber, una empresa que presta el mismo servicio que un taxi, pero a un precio realmente menor.
    Uber desarrolló una aplicación que registrándose podías contratar el servicio, saber cuanto iba a ser el importe total del trayecto e incluso saber cuánto tiempo le quedaba para llegar al destino donde lo habías solicitado.
    En conclusión, podemos obtener que la introducción de esta nueva empresa ha ayudado mucho a mejorar la economía e incluso por aparecer en el mercado ha quitado un peso importante de las empresas tradicionales.
    Video comparativo entre un taxi o la empresa Uber:
    https://www.youtube.com/watch?v=Ewn8jjrrHQU

  2. David Buiza Teba

    Recomiendo ver el siguiente video de TEDxTalks:

    https://youtu.be/PPdvLTe0wjA

    En el Albert Cañigueral realiza una charla presentando lo que son las empresas colaborativas, ejemplos de ellas y expectativas futuras de las mismas. Además, muestra y debate casos particulares de estas empresas y citas de otros autores.

  3. David Buiza Teba

    La economía colaborativa en el sector de las finanzas se denomina crowfunding.
    El crowdfunding o micromecenazgo, en castellano, es una red de financiación colectiva, normalmente online, que a través de donaciones económicas o de otro tipo, consiguen financiar un determinado proyecto a cambio de recompensas, participaciones de forma altruista.

    Los proyectos para los que se utiliza el crowdfunding como fuente de financiación pueden ser muy variados: desde proyectos musicales o artísticos (conseguir dinero para un película o un corto) hasta campañas políticas, financiación de deudas, creación de escuelas o nacimiento de empresas, entre otros.

    Así entre las plataformas encontramos, además de Zopa en Reino Unido, Kickstarter como la principal del sector o Goteo, la plataforma de origen Español y que empieza a mostrar un auge considerable.

  4. Dentro de la economía colaborativa podemos encontrar 4 subgéneros o epígrafes: Conocimiento abierto, consumo colaborativo, finanzas compartidas y producción colaborativa.

    En vista de que mis compañeros ya han tratado qué son las finanzas compartidas y el consumo colaborativo, yo voy a tratar algo que me parece importante también. El conocimiento colaborativo.

    El Conocimiento abierto, es la denominación de iniciativas colaborativas, «que promueven la difusión abierta del conocimiento, y la posibilidad de reutilización y redistribución sin trabas legales, sociales o tecnológicas” (copiado desde Wikipedia), que es precisamente el ejemplo inmediato : una enciclopedia colaborativa y libre, tanto en la publicación como en su utilización y consulta.

    Este conocimiento de libre disposición abarca desde las herramientas de creación de programas (Open source software) hasta la información científica, en todo tipo de disciplinas; desde la investigación hasta la comunicación, la educación o la actividad cultural.

    Internet ha posibilitado que una gran “comunidad de usuarios” gestionen y organicen colectivamente su conocimiento. Esta comunidad no tiene por qué ser fija: los usuarios entran y salen a voluntad de los distintos grupos y niveles de utilización, tanto del conocimiento como de las herramientas de programación.

    Toda la información (datos y herramientas) compartida, se transforma en conocimiento, gracias al apoyo interactivo de los usuarios, y también la colaboración desinteresada de instituciones, divulgadores, investigadores y científicos de todas las áreas, que han renunciado a los derechos de propiedad intelectual – de forma total o parcial -, con el objetivo de expandir la inteligencia colectiva. La integración de este conocimiento con nuestra personalidad emocional, sentimental, sensible, intuitiva y volitiva, que constituiría la sabiduría personal, es todavía una dinámica interior del individuo. Pero ya se atisban interacciones emocionales y sentimentales en red – la telepatía (pathos = sentimiento – a distancia) -, que complementarían la evolución del conocimiento en red hacia la sabiduría.

    1. José Miguel Ponce

      Muchas gracias, Alejandro. Tu comentario completa muy bien la información de la entrada y de los otros comentarios.

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