Siempre he mantenido que es una estupidez pensar que la finalidad de una empresa sea maximizar sus beneficios, en cualquiera de las versiones en que esto se pueda entender. Ahora todo el mundo se apunta al carro de que la culpa de la actual situación económica la ha tenido un desmedido afán de lucro. Desde muchos ámbitos, también en las escuelas de negocios se oyen voces que reclaman un nuevo planteamiento de la actividad económica.
La maximización de los beneficios por parte de las empresas es un objetivo contradictorio, pues con el intento de conseguirlo se destruyen las condiciones que posibilitan la maximización de los beneficios. Si quieres maximizar beneficios, seguramente querrás despedir gente. Si despides gente, solo porque así tienes más beneficios (o al menos eso es lo que crees) seguramente los que se quedan empezarán a desconfiar de ti y… Esto solo por apuntar alguna idea de las muchas que se podrían decir.
Decir que la finalidad de la empresa es maximizar los beneficios es como decir que la finalidad de una persona es respirar. Una cosa es que una persona no pueda vivir sin respirar y otra que esta sea su finalidad. Una cosa es que una empresa no pueda sobrevivir sin generar beneficios y otra decir que los beneficios son la razón de existir de la empresa. Satisfacer una necesidad de un cliente debe ser el norte de una empresa. Cuanto mejor se satisfaga esta necesidad mejor estará cumpliendo una empresa con su finalidad. Y, por estar haciéndolo bien, más dinero ganará.
Fuente: Blog de Miguel A. Ariño