Un buen profesional es consciente de que «la formación no acaba nunca» tanto desde el punto de vista profesional, como personal.
Profesionalmente, hay que estar actualizando los conocimientos y conforme se adquiere experiencia en una actividad, siempre se encuentran formas de mejorarla que requieren una formación complementaria. Además, ya no hay empleo para toda la vida, por lo que cambiar de actividad o evolucionar dentro de un mismo sector, siempre se requiere formación.
No olvidemos la formación que desarrollan las empresas para sus empleados para mejorar su eficacia y eficiencia.
Personalmente, necesitamos mejorar nuestras actitudes, competencias y habilidades. La vida evoluciona, aparecen nuevos problemas y situaciones que requieren formación para evitar la influencia negativa en la familia, los estilos de vida, etc.
Me gusta definir el proceso de reinventarse, tan frecuente en estos tiempos, en el cambio de actividad profesional cuando cambian las circunstancias personales o del entorno. Este proceso requiere formación.
En mi caso: soy un senior de 74 años que pertenezco a la Generación SAVIA. He sido profesor universitario, tengo hábitos de estudiar, investigar y realizar actividades de formación y ayuda a jóvenes y no tan jóvenes. Por eso todo mi tiempo y con mentalidad profesional, desde mi jubilación, lo dedico a ser Mentor y Asesor profesional. Esto me exige leer, estudiar, participar en eventos, buscar información actualizada, … Y es que la formación no acaba nunca.
Conclusión: los seniors son, en su mayoría, las personas más preparadas para realizar con eficacia y eficiencia una actividad profesional. Son conscientes de que si desean seguir activos profesionalmente, han de seguir formándose.
Ver: Generación SAVIA desmonta los cinco prejuicios más frecuentes asociados a los profesionales senior.