La vida es dar amor

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Hombres y mujeres somos iguales desde un punto de vista antropológico; participamos de una misma naturaleza humana y de una misma misión: crecer, multiplicarnos y ser felices. Sin embargo, hay diferencias que nos complementan. Por eso, existe una cierta especialización en las capacidades de unos y de otras.

La mujer proporciona a la familia y a la sociedad, algo característico que le es propio y que solo ella puede dar: su amor por lo concreto, su agudeza de ingenio, su capacidad de intuición profunda y sencilla, su tenacidad.

Las capacidades específicas de la mujer, tales como su predisposición a recordar y reconocer, su mayor capacidad verbal, su sensibilidad para el cuidado, su atención a los detalles, su empatía, definen por qué la mujer es el agente de cambio que puede regenerar la sociedad actual, actuando desde su feminidad en los diferentes ámbitos del ecosistema humano: la familia, la empresa y la sociedad.  

La mujer tiene una función regeneradora en la familia, acompañando el crecimiento de cada uno en todas las etapas de la vida. En la empresa, ayudará a una gestión más centrada en la persona, con el fin de que se humanicen las estructuras políticas y empresariales.

He recordado estas ideas que he repetido en varias ocasiones, al conocer a Rosa hace unos días. Reflejan muy bien su forma de entender su vida como mujer, esposa y madre. Tiene 80 años, es madre de 16 hijos, tiene tres carreras y actualmente preside la Asociación Provida de Sevilla.

Así define Rosa la Asociación provida: Una asociación sin ánimo de lucro que ayuda a las mujeres desesperanzadas en su soledad, o engañadas: las próvidas luchamos por defender la existencia de los que aun teniendo vida son atacados, pues hoy se banalizan estos temas tan profundos; hay mucho en juego, a veces se critica nuestra actitud. No obligamos a nadie- dice Rosa- solamente escuchamos a todas las que vienen a la sede, con un cariño especial, que ellas perciben inmediatamente: los diálogos se asienten, ya que les venimos a explicar lo que llevan dentro y no son capaces de mencionar.

A modo de resumen de su visión de la vida, dice que “La vida es dar amor”, darse a los demás, mantener el espíritu de servicio, como actitud de vida. Es el principio que ella considera más importante para ser madre. De hecho, cuando teniendo 12 hijos, su marido y ella se plantearon tener más, ella dice que se encontraba bien y   con capacidad de volver a ser madre, de dar más amor. Así, adoptaron 4 chicas, del país más pobre y necesitado que encontraron: la India.

Este artículo se publicó en el Diario de Almería

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