Wal-Mart es la mayor empresa del mundo, con unas ventas anuales de casi quinientos mil millones de dólares, unos beneficios de más de quince mil. Es una cadena de hipermercados (y negocios similares) que emplea a más de dos millones de personas en sus casi siete mil hipers en todo el mundo. Muchas veces se ha dicho que Mercadona es el Wal-Mart español, que Mercadona ha seguido la misma estrategia que Wal-Mart, y así de bien le va. No puedo estar más en desacuerdo con esa afirmación. Mercadona basa su estrategia en dar a los clientes lo que ellos necesitan, y para eso compromete a sus proveedores y a sus empleados en esta finalidad. Es muy selectivo en la selección de los proveedores, pero a estos los profesionaliza y racionaliza sus procesos de modo que los costes sean los mínimos posibles manteniendo la calidad. Tratando a los empleados como personas consigue que estos se empeñen en que los clientes estén convencidos de que comprar en Mercadona compensa. En otros mensajes ya me he extendido en la estrategia de Mercadona, con lo que no voy a hacerlo aquí.
¿Cuál es el éxito de Wal-Mart? Pues consiste en lo que en inglés se denomina “First mover advantage”. Cuando a mitad del siglo pasado se popularizaron las cadenas de supermercados en Estados Unidos, estas se centraron en las grandes ciudades, dejando sin atender a la población rural y a las de ciudades de segundo nivel. Este mercado desatendido es el que supo aprovechar Sam Walton, fundador de Wal-Mart. Puso sus supermercados lejos de las grandes ciudades. Pero en esas zonas era donde vivían y viven la gran mayoría de los norteamericanos, que pudieron dejar de tener que viajar 4 horas en coche (cuatro de ida y cuatro de vuelta) para acudir a los grandes almacenes de la gran ciudad, porque Sam Walton les puso un Wal-Mart mucho más cerca de casa.
Con el tiempo Wal-Mart adquirió conocimiento y volumen, y por tanto masa crítica. Una masa crítica mucho mayor que las de las cadenas de supermercados de las grandes ciudades. Y en esto -que no es poco- ha consistido el éxito de Wal-Mart, que no tiene nada que ver con la estrategia de Mercadona. Wal-Mart atornilla a sus proveedores, a los que no le importa que puedan desaparecer. Siempre habrá alguien dispuesto a ser proveedor de Wal-Mart. También atornilla a sus empleados, a los que paga lo mínimo posible y con los que tiene continuos problemas laborales. Si Wal-Mart cuidara estos dos aspectos, su productividad aumentaría espectacularmente, pero no es esa su estrategia.
En fin, que no tiene nada que ver Wal-Mart con Mercadona