Desde que me jubilé de la vida universitaria, dedico la mayor parte de mi tiempo a ser Mentor y Asesor profesional, una actividad que me permite proseguir mi formación académica y personal. En realidad, es algo que he hecho durante toda mi vida, ya que siempre me he preocupado de mejorar la formación profesional y el crecimiento personal de mis alumnos.
El mentoring, o mentoría en español, se define como una relación en la que una persona con experiencia (el Mentor) ayuda a otra (el mentorado o mentoree) en la adquisición de habilidades y conocimientos específicos que mejorarán el rendimiento de su trabajo. Entre las características más importantes de esta actividad, destacaría la escucha activa, la confianza y la confidencialidad. En mi caso, trato de favorecer los valores que ayudan al desarrollo integral de la persona.
Durante el proceso en el que se lleva a cabo esta actividad son clave las entrevistas, en las que se tratan los temas que mejor se ajustan a las necesidades de los interesados. Se comienza por concretar los objetivos a corto y a medio plazo. Es importante conseguir una relación de confianza y una comunicación fluida, sin las cuales la ayuda no sería posible. Esto supone el buen conocimiento entre el Mentor y el mentorado y el máximo respeto entre ellos. Personalmente, insisto siempre en la libertad de quienes solicitan mi asesoramiento, de modo que sean ellos quienes asuman la iniciativa para concretar cada entrevista y asuman con responsabilidad los consejos que les doy, de manera que decidan con libertad lo que hacer en cada caso.
Mi primera preocupación al aceptar una mentoría es conocer cuáles son los valores, los objetivos vitales y las motivaciones del mentorado. Después ayudo a que concrete un proyecto profesional que sea coherente con su proyecto vital. A continuación establecemos un plan de acción para llevarlo a cabo. Durante el desarrollo de este proceso ofrezco artículos y vídeos, como ayuda para cumplir los objetivos.
Poco a poco, voy desarrollando una metodología propia para mejorar los resultados. Los objetivos más frecuentes son: la orientación laboral, encontrar empleo, cambios de empleo o superar circunstancias que limitan el desarrollo profesional y personal. Podemos resumir esta actividad como de acompañamiento en el cumplimiento de los objetivos. Esto me recuerda el refrán africano: “si quieres ir rápido, ve solo, si quieres llegar lejos, ve bien acompañado”.
Artículo publicado en el Diario de Almería