Los avances de la mujer en el mundo laboral son evidentes y muy importantes, pero existen aún muchas de las antiguas barreras.
Los frenos para el avance de las mujeres en sus trayectorias profesionales son varios: algunos estructurales, es decir, dependientes de los sistemas y políticas formales de las empresas; otros personales, dependientes de las decisiones sobre el estilo de vida y las prioridades que cada persona escoja como opción (tiempo para el trabajo, para la familia, para la vida personal…); otros culturales, dependientes de la mentalidad empresarial y social más o menos institucionalizada y, por último, el más difícil de cambiar, son las creencias personales de cada uno de nosotros, que muchas veces generan un sesgo inconsciente. Entre ellas se encuentran las etiquetas, los prejuicios, los límites que se autoimponen mujeres y hombres, y que, a su vez, imponen a sus colaboradores, limitando así las alternativas de acción.
En los dos vídeos siguientes,  puedes ver un reportaje de Informe Semanal de TVE del 2009. A pesar del tiempo transcurrido, sigue siendo muy actual.

Las personas decidimos nuestra actuación muchas veces sin pensar suficiente, determinados por etiquetas, prejuicios personales y sociales que no sólo impiden a la mujer avanzar en sus trayectorias  , sino que también inspiran muchos de los conflictos no resueltos entre personas, empresas y naciones. Conocer que existen es el primer paso para poder liberarse de ellos.