Un fantasma recorre Occidente, el fantasma del pesimismo. Las falsas promesas, el deterioro del planeta, el desencuentro entre las personas en la era de la comunicación nos hace sufrir los padecimientos de un mundo intolerable. No obstante, “lo que hace intolerable un padecimiento no es sino una convicción, o bien una falta de convicción racional”.
De forma contradictoria, nuestra sociedad del bienestar se encuentra constantemente insatisfecha, y eso causa en el individuo un dolor insoportable. Esa cualidad de infinito comunicada al dolor proviene de una disposición de ánimo llamada desesperación. 
Desesperación que, en nuestros días, más que nunca, se concreta en una actitud vital del todo perniciosa: el pesimismo, nuevo realismo falto de sustento en la realidad. Pues lo cierto es que, en el mundo, hay destellos de bondad. Es decir, el mundo es susceptible de llegar a ser bueno, que no es ser muy bueno, pero ya es serlo y, como quiera que sea, no es ser malo .
La diferencia entre el optimista y el pesimista es la siguiente: donde el pesimista ve un problema, el optimista ve una oportunidad. Y ¿qué es más realista, afrontar las vicisitudes de nuestra vida como problemas o como oportunidades? ¿Cuál de las dos actitudes nos es de mayor ayuda? Las oportunidades del optimismo, sin duda alguna ¿Acaso es esto engañarse? ¡De ninguna forma! ¡Este es el verdadero realismo! Descubrir que la vida no es un problema, es una oportunidad. Oportunidad de crecer, realizarnos, aprender, superarnos, amar más y mejor ¿Qué es si no la vida del hombre?
El optimismo no consiste en negar o aceptar el mal, sino en mirar la realidad de frente, correr en busca de la Belleza y no perder la dignidad por el camino. Por que la Belleza, al fin, o no es nada, o es una vida . Seamos realistas, la vida es bella. ¡Una lucha se libra diariamente en el corazón de cada hombre! Ya que ser capaz del más grande de los bienes es ser capaz de perderlo ¡Qué tiemble el débil pensamiento del pesimismo ante un movimiento optimista a favor del ser humano! La humanidad no tiene en él que perder sino el vicio del error. Tiene un mundo que reconquistar.
 He copiado los párrafos anteriores del Manifiesto optimista. Como puedes comprobar, aparece en una web  con muchos vídeos (El optimista.info) que han diseñado y la mantienen actualizada dos alumnos que estudian en una universidad madrileña. Me parece una iniciativa que vale la pena compartir. La considero un ejemplo del Marketing de valores y estilos de vida. Se está «vendiendo» intangibles, como en los servicios. Además, pone de manifiesto la importancia de las personas, de la actitud ante la vida, de no dejarse arrastrar por el ambiente, por lo que los demás hacen….
Como ya hemos comentado en clase, en la gestión y prestación de servicios la actividad de las personas -en especial las que se relacionan con los clientes o usuarios- es muy importante para lograr la calidad de servicio. Por eso, hay que reflexionar sobre las capacidades y actitudes, que se deberían fomentar en las organizaciones que quieren prestar servicios de calidad. Con esta entrada, pretendo poner de manifiesto la importancia de fomentar el optimismo personal, orientado a crear un clima de trabajo amable, que facilita las relaciones interpersonales, la comunicación interna y con los clientes.
Personalmente, considero que el Marketing de Servicios es una cultura de gestión orientada a la Calidad de Servicio,. Por eso, los principios y valores en los que se fundamenta esa cultura son tan importantes. Además de fomentar comportamientos y actitudes que reflejen el optimismo, la mejora del carácter, etc. ¿Qué principios y valores deberían fundamentar la cultura de Calidad de Servicio? ¿Podrías poner ejemplos de comportamientos y actitudes de experiencias personales como cliente o usuario de servicios? ¿Estás de acuerdo con los planteamientos del Manifiesto optimista? ¿Te imaginas cómo cambiaría el ambiente de nuestras clases si todos fuéramos optimistas?….