Es clave ver la sociedad como una comunidad de personas que está regida por un bien común que afecta a todos. Este fue el mensaje en la segunda Jornada de Cuestiones Pastorales de Castelldaura, celebradas el pasado mes de enero, junto a la voluntad de resaltar la centralidad y la dignidad de la persona en la sociedad.
Tras una primera jornada dedicada sobre todo a unas reflexiones generales sobre el mensaje de la encíclica sobre fraternidad y amistad social, el segundo día de las Jornadas comenzó con la ponencia del profesor Joan Fontrodona, director del departamento de Ética Empresarial del IESE Business School, que reflexiono sobre la posibilidad de que exista otro modelo económico. Lo planteó con la premisa de que “entre todos los documentos de la doctrina social de la Iglesia hay una continuidad desde Juan Pablo II, con la encíclica Centessimus Annus, a Benedicto XVI”, con Deus caritas est o Caritas in veritate.
El profesor del IESE expuso tres argumentos. En primer lugar desgranó la confusión entre modelo y realidad, el descrédito que desde Kant se ha aplicado a la metafísica: la realidad no interesa y entonces se construye una realidad artifical. Pero, según el profesor Fontrodona, lo que hace falta es replantear el modelo económico, no la realidad. El segundo tema versó sobre una idea de Benedicto XVI: la ética dentro del proceso de la actividad económica y no al final. Y el tercero, la clave antropológica, la visión del hombre, pues hay que ver la persona más allá de un ser con intereses que busca maximizarlos, que es lo que ha imperado en la época moderna destruyendo las buenas prácticas.
Según Fontrodona, “otra economía es necesaria, es posible, pero es muy difícil”. Necesaria porque el modelo económico actual no responde a la realidad de lo que es la empresa. “El beneficio es una condición necesaria pero no una condición suficiente para la actividad económica. ¿Si no es el beneficio, que es? Las personas y su perfección a través del trabajo”, afirmó. “Necesitamos -añadió- un modelo económico que ponga a las personas en el centro y al final de la actividad empresarial”. Es posible porque ya existen iniciativas en esta línea, como las cooperativas. Extender esta nueva economía es complejo “porque a nivel teórico exige un cambio de mentalidad muy importante que no se ha dado”. Finalmente, el profesor Joan Fontrodona propuso algunas pautas de acción, como cambiar el plan de estudios de las escuelas de negocio y facultades de economía, para introducir la verdad de la empresa, y que la sociedad civil sea palanca del cambio.
Para más información consultar: Cambiar las prioridades para hacer un mundo más humano