El 29 de octubre del 2011, en “La Noria”, de TeleCinco, entrevistaron a la madre de uno de los implicados en el supuesto asesinato de una joven, cuyo juicio se estaba celebrando esos días. Según las noticias, la cadena pagó una cantidad no despreciable a esa señora para acudir a la entrevista.
A continuación se desató una campaña en las redes sociales para que las empresas retirasen sus anuncios de ese programa. La campaña consiguió parte de sus objetivos, ya que, según parece unas diez empresas decidieron dejar de anunciarse en este programa. Aunque la cadena minimizó el impacto de esta campaña, recolocando la publicidad contratada en otras franjas horarias, no parece que sea una medida sostenible esa de renunciar a espacios publicitarios en la zona de “prime-time”.
Cuando discutimos sobre el impacto de la responsabilidad social y su presencia real en las decisiones de las empresas, a veces olvidamos preguntarnos por cómo los diferentes stakeholders podemos influir en que esa presencia sea efectiva. En concreto, como consumidores podemos hacer mucho. Este caso es un ejemplo.
Primero, porque es un ejemplo más del poder de las redes sociales. Quien empezó esa campaña utilizó una plataforma en al web en la que todo aquel que quiera puede lanzar una petición o un reto para cambiar, apoyar, denunciar alguna actuación. En este caso, se buscaba el apoyo de 30.000 firmas, y en noviembre se habían conseguido 26.000 que apoyaron la petición. Pero ya se ve que no hace falta alcanzar el objetivo para que las cosas empiecen a moverse.
Segundo, los consumidores tenemos poder para influir en las actuaciones de las empresas –una cadena de televisión en este caso. Esta conciencia ciudadana depende mucho del entorno cultural. En los países anglosajones, por ejemplo, está más desarrollada que en España.
A veces en clase hago el ejercicio de preguntar cuántos utilizan criterios de responsabilidad social en sus decisiones de compra. La respuesta suele oscilar entre un 10 y un 20 por ciento, lo cual está bastante en línea con encuestas más sofisticadas sobre el tema. Cuando pregunto cuántos han dejado de comprar productos de una empresa por haber estado relacionada con alguna noticia negativa, suelen levantarse más manos. Es también una conducta habitual: el boicot tiene siempre más adeptos que la felicitación o la acción proactiva.
En el caso que nos ocupa se plantean algunas cuestiones relevantes desde el punto de vista ético, por supuesto. ¿Hasta qué punto debe utilizarse el “derecho a la libertad de expresión” o el “derecho a la libertad de información” para permitir que cualquiera pueda decir lo que quiera en público? O, por el contrario, ¿hay algún límite?
¿Es ético que alguien se enriquezca aprovechándose del dolor ajeno? ¿Está justificado el morbo, el cotilleo, simplemente porque genera audiencia? Ya se sabe que en esta vida hay “gente para todo”. El hecho de que haya quien los compre, ¿justifica que se ofrezcan determinados servicios o productos?, O por el contrario, ¿no todo vale?
En todo caso –volviendo al tema inicial- como consumidores tenemos más poder del que pensamos, más aún con el uso de las nuevas tecnologías que permiten una acción conjunta más rápida. Como dijo Arquímedes: “Dadme una palanca, un punto de apoyo, y moveré el mundo”. Con unos principios claros y el poder que nos dan las tecnologías, también los consumidores podemos mover a las empresas.
Fuente: Empresa y Sociedad
Ver también un reportaje en El País (Los consumidores plantan cara a las marcas) sobre diferentes asociaciones de consumidores y las quejas y reclamaciones en diferentes sectores.
4 comentarios en “El poder de los consumidores”
Efectivamente,los consumidores tenemos más poder del que creemos.Mediante internet podemos lograr (como lo expuesto en esta entrada del blog) de forma conjunta e influenciando a los demás,que por ejemplo se reduzca la compra de un producto.
Dejo expuestos dos links en los cuales se puede entender el poder del consumidor,como puede este influir en las empresas.
http://www.puromarketing.com/88/13677/poder-tienen-marcas-sino-consumidores.html
http://elbauldelconsumidor.blogspot.com.es/2012/12/redes-sociales-twitter-facebook-google.html
Alumno de Marketing fundamentos (ADE tarde)
Muchas veces las personas no somos conscientes del poder que tenemos en el mundo que nos rodea.
Mediante las nuevas tecnologías estamos más cerca de poder cambiar aquellas acciones que nos parezcan injustas, por ejemplo, ¿quién no ha visto por las RRSS petición de firmas con el fin de conseguir algún objetivo concreto?.
Pero desde mi punto de vista, esto debe ir más allá. ¿Por qué somos nosotros, los de fuera, los que vemos la publicidad, los que tenemos que crear una campaña para que las empresas retiren sus anuncios durante ese periodo de tiempo? Programas como el que se expone en el artículo, no deberían emitirse por ética y respeto.
Espero que poco a poco vayamos siendo conscientes del poder que tenemos como consumidores y como usuarios de las redes sociales para poder denunciar, mitigar… las injusticias.
Está claro que cuando se emiten programas como el mencionado en el artículo es porque se espera que tengan audiencia pero en este caso se ha encontrado con la negativa del público que gracias a un movimiento unidireccional han conseguido perjudicar al programa que se aprovechó del mal de otros. Como se dice, 26.000 personas firmaron la petición de retirar los anuncios en ese programa, pero el que tiene más mérito en todo esto es aquella persona que inicia todo este movimiento, aquel que se preocupa o se molesta por llevar a cabo una campaña contra algo que está mal. Las personas tenemos mucho poder en las empresas porque sin nosotros no son nada, nos necesitan, y es por eso por lo que podemos influir en su actividad. Sin embargo, también requiere ser proactivo y mostrar la opinión acerca de un tema, como el que ha movido esta campaña pues a pesar de que mucha gente está de acuerdo en que lo que hace el programa está mal casi ninguno habría iniciado tal campaña, ya sea porque no quieren molestarse o porque no conocen el poder que tiene el consumidor. La clave de la mejora de nuestra televisión está en nosotros, nosotros decidimos qué ver y qué no, pero para ello debemos ponernos de acuerdo.
Como se dice en el artículo, los consumidores tenemos un gran poder sobre las decisiones de las empresas, el cual ha aumentado con el uso de las redes sociales, aunque esto no siempre es beneficioso para las empresas, ya que en algunos casos, como el del ejemplo, vemos como este poder afecta negativamente a una gran empresa como es telecinco.
Con la mejora de las tecnologías y el auge de las redes sociales la capacidad de expresión de los consumidores ha aumentado, y en la mayoría de los casos esto supone que las empresas puedan tomar nota de las opiniones de estos y mejorar en los aspectos que lo necesitan, pero a la vez una mala publicidad en estos medios puede ser fatal, pudiendo incluso acabar con la empresa. Los consumidores lo saben, y por eso usan ese poder para que se respete su opinión y se le tenga en cuenta, como se puede ver en el ejemplo del artículo.
Por ello, y después de sucesos como el ocurrido en 2011, las empresas usan las redes cada vez más para comunicarse con sus consumidores y conocer su opinión incluso antes de sacar un nuevo producto, intentando así minimizar los riesgos y mejorar su imagen.