Promoción interna en las empresas

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Cada vez es más frecuente que las empresas multinacionales y nacionales recurran a la contratación externa de personas jóvenes, con un C. V. fantástico, idiomas, máster, etc.

Eso está bien. Es necesario y crucial para el desarrollo a medio y largo plazo de dichas empresas. Porque son perfiles muy moldeables, con mucho recorrido y que pueden adaptarse a muchos puestos, tanto en el área de ventas como logística, sistemas, recursos humanos, etc.

Sin embargo, en mi modesta opinión, habría que dar más oportunidades al desarrollo interno del personal de primera línea. Por ejemplo, mandos de tienda o filial o intermedios (de zona o área), que llevando tiempo haciendo un trabajo excepcional con el consumidor final. Estos empleados, teniendo una actitud magnífica, tal vez no tan brillante, pero suficiente, no son tenidos en cuenta.

Normalmente, se les reubica horizontalmente o en el mejor de los casos pueden subir algún escalón a nivel de área o tienda o filial, pero tienen prácticamente cerrada la posibilidad de acceder a puestos de mayor responsabilidad fuera de su área. Hay otras empresas donde sí se consigue ese equilibrio perfecto entre promoción interna y contratación externa. Y esto es clave tanto para su imagen al exterior como hacia dentro.

Una empresa que de verdad apoya la promoción interna va a tener una gran ventaja competitiva y un sustancial ahorro de costes.  A medio y largo plazo, una empresa que apoye 100% de verdad la promoción interna se va a beneficiar de algunos aspectos como los siguientes:

  1. Esos empleados se convierten en embajadores de la marca.
  2. Estarán motivados e identificados con la empresa. Saben que sus esfuerzos serán siempre tenidos en cuenta y le ayudarán sobre los puntos a desarrollar para ello.
  3. El ambiente de empatía y asertividad que se genera en un área o filial cuando las personas saben que hay un trato justo y se les habla con franqueza y sinceridad, sin dudas se trasladará al cliente final.

Estos y otros factores influirán en aumentar la fidelidad de los empleados y de los clientes.

En España tenemos un claro ejemplo de varias empresas que han conseguido ese equilibrio perfecto entre contratación externa y desarrollo interno.

Cuando se tiene un producto de calidad, una marca fuerte, un precio competitivo y eres un gigante con costes controlados, nunca se deberían dejar que la identificación con la empresa se deteriore por limitaciones de la cultura internas.

Estas breves consideraciones son desde consecuencia de mi experiencia profesional y me gusta compartirlo ahora que lo puedo hacer fácilmente, porque tengo tiempo y libertad absoluta para ello.

José María Martínez Saavedra.

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