Me jubilé en la Universidad al cumplir 70 años. Antes me había preguntado ¿Qué haré cuando me jubile? Se terminaban las clases y las actividades universitarias, por tanto, tenía que concretar cómo ocuparía el tiempo. Al cambiar mi situación personal, decidí reinventarme una vez más.
Reinventarse es cambiar de actitud y de actividad profesional, cuando cambian las circunstancias personales o del entorno.
Tenía como referencia la experiencia de amigos y conocidos que había pasado antes por esa situación. Especialmente, tenía el ejemplo de mi padre. Era maestro y químico. Dedicó toda su vida a la industria química, aunque haciéndolo compatible con la enseñanza.
Como en otros casos, mi padre se prejubiló y esto le permitió dedicarse unos años plenamente a la enseñanza. Pero su ilusión profesional, que había cultivado durante toda su vida, era la Historia. Con más de 60 años comenzó a cursar la licenciatura en Historia de 5 cursos, asistiendo a clase como un alumno más. Al terminar la licenciatura con excelentes calificaciones, se planteó hacer la tesina y a continuación la tesis doctoral, que defendió con brillantez a los 77 años.
Siempre me he dedicado a formar a otras personas. Tengo pasión por ayudar, me ha gustado mucho escuchar a los alumnos y he estado disponible cuando han necesitado mi ayuda. Por tanto, mi nueva actividad tenía que ser la formación y el Asesoramiento profesional y personal.
Aunque lo había practicado siempre y lo conocía en el mundo empresarial, descubrí la Mentoría. Así que ahora soy Mentor y Asesor profesional y personal. El Mentoring es una relación profesional entre dos personas, una con mayor experiencia que ayuda a otra a desarrollarse profesional y personalmente.
Para realizarlo con aprovechamiento, hacen falta experiencia, conocimientos, capacidades, habilidades y sobre todo actitudes. Como la formación no acaba nunca, estoy estudiando, asistiendo a cursos y sesiones específicas para Mentores, me he hecho miembro de la Asociación Española y de una Red Internacional de Mentores.
Cuando te jubiles, para que seas feliz, dedica tiempo a ayudar a los demás, comparte tus conocimientos y experiencias profesionales, además de dedicar más tiempo a tu familia y amigos. Tienes que aceptar tu situación y disfrutar de esta nueva etapa. No te olvides de las aficiones y de cuidar tu salud.
Trata de, como decía la Madre Teresa de Calcuta, “que nadie llegue jamás a ti sin que al irse se sienta un poco mejor y más feliz”.
Este artículo se publicó en el Diario de Almería