El sector español de la producción
y distribución de moda es puntero en el mundo. Y lo es sobre todo porque ha
sabido conectar con el cliente con una combinación irresistible: diseño y
precio. El primero, basado originariamente en copiar con acierto, ha dado un
salto de creatividad reconocido internacionalmente. El precio, por su parte, ha
inyectado competitividad sin parangón en un sector que ha sabido poner las
capacidades industriales de producción, con la I+D+i como mascarón de proa, al
servicio de artículos con un componente intangible tan elevado como es la moda.
Sumado este cóctel al atrevimiento de un puñado de empresarios con visión de
futuro y el trabajo por principal estandarte, se ha dado forma a un sector que
pisa con fuerza en todos los continentes.
una llave fundamental: la logística. Porque lo cierto es que estamos hablando
tanto de grupos de moda como logísticos, en los que la rotación de producto y
la puesta en los anaqueles de nuevo género en tiempo récord –sea en tienda
física u online– son seña de identidad. La gran tienda que acaba de inaugurar
Zara en la calle Serrano de Madrid y los ambiciosos proyectos de Inditex,
unidos a los planes de grupos como Mango o Desigual son la confirmación de la
pujanza de un sector que no deja de crecer sin temor a la dura competencia.