El término líder procede del inglés, leader, que significa guía, jefe, el que va dirigiendo a un grupo, el que conduce y abre camino, el que tira y arrastra de los demás. ¿Cuáles son esas características a las que aludo en el título del presente artículo?
1. Debe tener una personalidad atrayente. Toda personalidad es transparente y opaca. Clara y difusa. De perfiles bien definidos y a la vez imprecisa. Pero aquí lo que hay que destacar es su capacidad de seducción: una mezcla de hechizo, carisma, admiración, cordialidad, que nos arrastra y empuja hacia él.
2. Debe ser coherente, que entre lo que dice y lo que hace, entre la teoría y la práctica de su vida, exista una buena proporción, un equilibrio, conformidad entre el pensamiento y la realidad. Uno es lo que hace, no lo que dice. Habla la conducta y esa deja claro lo que somos. Trata de vivir en la verdad: no se miente a sí mismo ni a los demás. Es una persona verdadera.
3. Hay en él un buen equilibrio entre corazón y cabeza, entre los sentimientos y el mundo de los instrumentos de la razón. Sabe ser afectivo, emocional, vibrando con la alegrías y las tristezas que suceden a su alrededor y a la vez, maneja bien la inteligencia: la lógica, la argumentación, el juicio ponderado.
3. Estas personas tienen autoridad. Esta palabra procede del latín, autoritas y significa aquel que te hace crecer como persona. Que tira de ti hacia arriba, tratando de sacar lo mejor que llevas dentro. Es el arte de saber dirigir (sin querer hacerlo) y de hacerse obedecer. Es un referente. Un faro que ilumina y que sirve para aclarar el camino. Lo diré de una forma más categórica: la autoridad es la superioridad poseída por méritos propios y que es seguida por muchos.
4. El verdadero líder tiene capacidad para contagiar entusiasmo. Y además tiene un sentido positivo y sabe transmitir alegría. Su mirada aletea por encima de las dificultades y conflictos y sabe dar una visión optimista, a pesar de las dificultades y problemas que raras veces faltan. No olvidemos que el pesimismo goza de un prestigio intelectual que no merece. El líder es una persona admirada en quien la gente confía, con capacidad de convocatoria y fuera para ilusionar. La felicidad consiste en ilusión. Hay pocas cosas tan contagiosas como el entusiasmo.
5. El líder es capaz de mostrar en público sus creencias, huyendo de lo políticamente correcto. Tiene el coraje de expresar lo que lleva dentro, aun a costa de caer mal o alejarse de lo que la mayoría espera que diga. Este punto es conflictivo, lo sé. Y difícil de llevar a cabo.
6. El líder es modelo de identidad. A la gente que sigue sus pasos le gustaría parecerse a él, hay algo que le empuja en esa dirección y le lleva a imitarlo de algún modo. El verdadero líder te ayuda a ser mejor. Te influye en positivo para sacar lo mejor de tu persona, para remover en el álbum de tu vida y extraer los mejores recuerdos. Es la fuerza de la credibilidad.
No quiero dejarme en el tintero un matiz, la diferencia que hay entre líder e ídolo. Pueden confundirse o superponerse los conceptos. El líder es la autoridad conseguida por una trayectoria ejemplar, que es seguida de forma racional por una cierta mayoría. Arrastra, convence, atrae, lleva a muchos en esa dirección. Tener liderazgo significa influir de forma psicológica, cultural e intelectual. El ídolo es alguien que es seguido por mucha gente de forma emocional y que se convierte casi en una divinidad social y está muy relacionada en nuestra sociedad con el deporte en sus distintas facetas; lo suelen fabricar los periodistas. Tener idolatría por una persona significa casi adorarle y tiene una influencia especialmente física y social.
Resumen del artículo con el mismo título del Dr. Enrique Rojas