¿Referentes? Sí, claro que los tengo. Y tú también.

Es un hecho: todos, de una forma u otra, nos apoyamos en referentes. Personas que admiramos por lo que hacen, cómo lo hacen… o simplemente por cómo son.Tener referentes es sano y útil siempre que los uses como fuente de inspiración y no como medida de tu valía personal. Lo ideal es observarlos críticamente, tomar lo que va cónsono contigo y adaptarlo a tu propio camino. Ahora bien, hay que evitar la idealización excesiva, la comparación destructiva y seguir ciegamente a un referente sin filtrar lo que se ajusta o no a tu personalidad, todo esto puede hacer que te desconectes de ti mismo. De tu esencia. De lo que eres y te hace diferente, y único a la vez.

Dicho lo anterior, tener referentes no es solo una cuestión de admiración. Es una herramienta de crecimiento. Nos ayudan a:

 ✅Trazar un rumbo.
✅ Inspirarnos en momentos de duda.
✅ Elevar nuestros estándares.
✅ Recordarnos que algo es posible.
✅ Y sobre todo, a mejorar cada día con un espejo claro: “¿Qué haría mi referente en esta situación? O tengo este problema, actuaré como XX para superarlo como el/ella lo hizo, etc.

En el mundo del deporte (mi gran pasión), lo vemos claramente. Pregunta a cualquier futbolista y verás cómo te dice que le gustaría tener la pierna derecha de uno, la izquierda de otro, el cabezazo de aquel…en fin.

  • Y fuera del campo de fútbol, también tenemos a los «grandes» que nos inspiran:
    ? La resiliencia de Rafael Nadal (39 años)
    ? La vitalidad incombustible de Mick Jagger (81)
    ? La creatividad de Hayao Miyazaki (84)
    ? La oratoria de Barack Obama (63)
    ? La calma espiritual de la Madre Teresa de Calcuta (†)
    ? La pasión por el aprendizaje de Jane Goodall (91)
    ? Y podría seguir…

Pero hay otro tipo de referentes. Los que yo llamo «terrenales». Esos que no llenan estadios, pero que con su actitud, su ejemplo diario y su cercanía, inspiran con la misma fuerza… o incluso más.

☑️Alejandro, un ex del equipo de operaciones, que nunca perdía la calma, ni siquiera en los momentos más caóticos. Un equilibrio emocional admirable.

☑️Isaac, un antiguo profesor, que te hacía sentir que podías comerte el mundo con solo una mirada y una frase. Su fé en los demás dejaba huella, y a mí especialmente. De esos profes que recuerdas toda la vida.

☑️Mi amiga Marianela, que emprendió tres veces, cayó y se levantó sin perder la sonrisa ni la humildad. Perseverancia en estado puro.

☑️Patricia, ex-compañera de trabajo, que tiene la resiliencia para nunca darse por vencida y buscar soluciones hasta debajo de las piedras, además de una capacidad innata de generar conexiones y animarte a que des lo mejor de ti. Claridad y empatía como superpoder.

☑️Mi tía Gelines y mi prima Marina, que han hecho de su cocina una forma de reunir, cuidar y sanar. Amor traducido en platos.

☑️Miguel, un vecino ya jubilado, que cada mañana riega las plantas de toda la calle sin que nadie se lo pida. Detalles que enseñan valores sin palabras.

☑️Y también, por qué no decirlo: José Miguel Ponce. Mi mentor.  Tenerlo como referente y poder aprender de él de primera mano es un verdadero lujo. Y que me haya invitado a escribir en este “su blog”, más que un honor, es un regalo. Diría mi Yuya (abuela), “es de bien nacidos, ser agradecido”.

Aclaro algo importante: esto no es una adulación gratuita. Es reconocimiento. José Miguel, aunque ya jubilado -creo que esto es solo desde el punto de vista gubernamental-, sigue escribiendo, uniendo, creando, compartiendo y aportando valor cada día. Con equilibrio, con fe, con propósito. Él no solo habla de valores: los vive. Y eso, para mí, es ser un verdadero referente.  Gracias, José Migue.  Y es que tener referentes nos da dirección, elegirlos con conciencia nos moldea e imitar sus mejores cualidades nos transforma.

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Porque sí, hay referentes que salen en libros y otros que se sientan a tu lado en el bus, metro o en la sala de reuniones. Y todos, a su manera, te enseñan algo esencial y especial.

¿Y tú qué lees este artículo? ¿Quién es ese referente cercano que te inspira día a día? Comenta y aporta.

Carlos Solís

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