Una persona que no está satisfecha consigo misma no podrá afrontar la vida con la decisión y optimismo necesario, lo que desembocará en una falta de confianza en su entorno y en todos los ámbitos de su vida.

El valor que cada persona se otorga a sí misma es de vital importancia para el propio bienestar y para las relaciones personales. Un juicio poco realista y negativo puede ocasionar decepciones reiteradas que no harán más que mantener un ánimo decaído. Si, por el contrario, se consigue dar valor a las propias cualidades, sin atender en exceso a los defectos personales, es posible mejorar la forma de afrontar tanto las situaciones favorables como las adversas. Además, si se consigue cambiar la comunicación con uno mismo y con los demás de forma que nadie salga perjudicado, el bienestar está garantizado.

Con el fin de que la autoestima de uno mismo sea mayor, es necesario hacer un ejercicio de autoevaluación realista. Esto puede ser tan sencillo como escribir un listado de cualidades personales en el que se incluyan también algunos defectos. Para ello, es aconsejable relajarse, buscar un momento tranquilo sin que estímulos externos distraigan la atención.

Una vez efectuada la lista, debe guardarse como algo muy valioso, porque conviene concienciarse de que las cualidades personales son las herramientas de las que dispone una persona para afrontar los distintos acontecimientos, tanto positivos como negativos. La inclusión de algunos defectos también es necesaria porque es importante aceptarlos como parte de uno mismo. No existe la «persona sin defectos» y, por este motivo, deben ser tolerados y comprendidos, pero sin que lleguen a tomar protagonismo. El listado sirve además para recordar las bondades que hay en uno mismo y utilizarlo cada día como la parte más importante.

Hay que tener en cuenta que la autoestima se construye con la experiencia de cada uno y es la que permite la valoración del autoconcepto, que influye en lo que nos decimos a nosotros mismos y que se conoce como el «auto-habla». Las personas con baja autoestima suelen mantener un auto-habla negativa sobre sí mismas, califican sus acciones por debajo de lo normal y de forma poco realista. Prestar atención a las afirmaciones que cada persona realiza de sí misma y de las acciones que lleva a cabo es de vital importancia para identificar las que priman la perspectiva negativa de su autoconcepto. Enunciaciones como «no puedo» o «es imposible» deben cambiarse por otras positivas como «podría» o «intentaré» para no cerrar la mente a posibilidades más optimistas. 

Lo mismo sucede con la opinión sobre los propios defectos, que aparecen como sentencias que autoevalúan de forma negativa. Es aconsejable modificarlas por otras más positivas que realcen las cualidades más que los defectos. No obstante, si se hace demasiado difícil sustituirlas, se puede recurrir a colocar un «pero» al final de la frase para introducir alguna de las cualidades personales que ayudará al optimismo: «me costará conseguirlo, pero mantendré mi constancia para intentarlo».

 Una de las condiciones para reforzar la autoestima pasa por atender cómo se desarrolla la comunicación con los demás. Si se ejercita lo que llamamos asertividad (capacidad de autoafirmar los propios derechos, sin dejarse manipular ni manipular a los demás) para la comunicación interpersonal, la autoestima aumenta y la comunicación mejora. Si se logra respeto hacia los propios valores y opiniones sin sentirse culpable, sin imponer ningún criterio y sin despreciar el punto de vista ajeno, la sensación de bienestar con uno mismo en relación a los demás no tardará en aparecer.
 

El valor que cada persona se otorga a sí misma es de vital importancia para el propio bienestar y para las relaciones personales. Un juicio poco realista y negativo puede ocasionar decepciones reiteradas que no harán más que mantener un ánimo decaído. Si, por el contrario, se consigue dar valor a las propias cualidades, sin atender en exceso a los defectos personales, es posible mejorar la forma de afrontar tanto las situaciones favorables como las adversas. Además, si se consigue cambiar la comunicación con uno mismo y con los demás de forma que nadie salga perjudicado, el bienestar está garantizado.

Para conocer nuestra propia valoración y responder a las preguntas: ¿se puede mejorar la autoestima? y ¿qué sucede en caso contrario?, véase la última parte del artículo «La autoestima: un equilibrio necesario, pero complejo»

Ver también: Álvaro sugiere, que para aumentar la autoestima, tener presente una escena de «En busca de la felicidad». Este es el vídeo: