David me envía un vídeo sobre motivación, que le ha gustado mucho y me propone que lo ponga en este blog. Piensa que puede ayudar a mis alumnos y a los lectores del blog. Se titula “Reilusionarse”. El protagonista es Luis Galindo. A continuación, te dejo el vídeo. Comprueba porqué le ha gustado a David.
Luis Galindo cuenta con más de 30 años de experiencia en puesto Directivos en diferentes empresas de carácter nacional e internacional de diversos sectores, siempre al servicio de numerosos Equipos Humanos. Tiene un estilo propio de transmitir “en directo” enérgico e inspirador, muy personal, que le hace único en la conexión conferenciante-auditorio y que le lleva a ser reiteradamente solicitado por los directivos que han asistido a sus intervenciones.
Para conocer las ideas de Luis, nada mejor que una entrevista. En el vídeo siguiente, puedes ver la entrevista que le hicieron en la 2 de TVE.
Luis tiene una web, que te aconsejo que visites. Encontrarás muchos vídeos e información sobre su libro: “Reilusionarse. Apasiónate con la vida”. También tiene una sección sobre noticias con entrevistas en diferentes medios, escritos., videos, etc.
Como verás si lees los comentarios más abajo, puedes comprobar que hay dos alumnos que expresan opiniones. Este artículo se publicó por primera vez en 2015
2 comentarios en “Reilusionarse. Apasiónate por la vida”
Muchas gracias por la entrada José Miguel, me parece apasionante las verdades que cuenta y, como es capaz de transmitirnos esa ilusión que a día de hoy falta en nuestro país. Personalmente me veo el vídeo todos los meses unas cuantas veces, y siempre me pone la piel de gallina.
Espero que al resto le guste tanto como me gusta a mí.
David García Hernández
Lo primero, decir que no había oído hablar de Luis Galindo. Por tanto, soy de esas afortunadas que tienen el placer de conocer por primera vez la fuerza, el coraje y positivismo que desprende este señor.
“Dejar de pensar por qué no podemos hacer cosas y empezar a pensar cómo lo podemos hacer”. Esta frase me recuerda mucho a una que intento utilizar a menudo y es: “no te centres en los problemas; céntrate en las soluciones”. A veces es tan difícil de conseguir…es reeducar la forma de pensar de uno mismo. Y lleva tiempo. Pero se consigue. Y cuando se hace, merece la pena el esfuerzo dedicado. Reeduquémonos. La felicidad es aprendizaje. No es un estado de ánimo. Así que, aprendamos cada día cosas nuevas. Eso nos hará felices.
No puedo estar más de acuerdo con su “filosofía del agradecimiento”. Creo firmemente que el ser agradecido y amable, crea el mismo efecto en las personas de nuestro alrededor y nos hace sentir mejor.
Imaginémonos una persona triste, amargada e infeliz dirigiéndose hacia su trabajo. De repente, llega al edificio y nos cruzamos con ella, le sujetamos la puerta, le damos los buenos días sonriendo y seguimos nuestro rumbo. Ambas partes ganan. Nosotros, nos sentiremos satisfechos y en paz con nosotros mismos y, esa persona seguramente se sienta sorprendida y agradecida por nuestro gesto. Es tan fácil mejorar el mundo…o al menos intentarlo.
Hace unas semanas me encontraba comprando unas zapatillas para correr que, para el que no lo sepa, hoy en día es un gran reto. El caso es que, el chico que me atendía, mostró todo su conocimiento en lo que a zapatillas se refiere gastando un buen rato para buscar las más adecuadas para mí y razonándome los motivos de por qué lo eran. Me pareció tan competente que hasta me sorprendí. Y no se trataba de uno de esos vendedores carismáticos que te encandila para comprar haciendo cumplidos o bromas. No. Era una persona haciendo bien su trabajo. Pasé el resto de la tarde agradecida e impactada por el trato recibido. A lo que voy es a que esto no debería sorprendernos. Pero estamos tan acostumbrados a tratar con personas descontentas con su trabajo o que van “a cumplir y no a dejarse la piel”, como dice Luis Galindo, que nos asombramos cuando tropezamos con personas cualificadas.
Seamos agradecidos por los pequeños detalles. Porque nos dejen prioridad en un cruce en el que no nos corresponde, porque alguien nos avise de que vamos arrastrando el jersey, porque nos presten unos apuntes, porque nos devuelvan algo que se nos ha caído o, simplemente, porque nos sujeten una puerta. Recuerda que nadie tiene por qué hacerlo. Así que agradécele ese gesto.
Gracias al compañero que ha querido compartir ilusión y optimismo con todos nosotros.
Andrada Georgiana, Miron
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