¿Sabemos querer?

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Cada año, cuando explicaba ¿Qué es el Marketing?, me refería a la satisfacción de necesidades y deseos. Después de analizar las diferentes necesidades, hacía la siguiente pregunta: ¿Cuál es la necesidad más profunda del ser humano? Como los alumnos no sabían responder correctamente, les explicaba que “la necesidad más profunda del ser humano es querer y sentirse queridos”.

Después de reflexionar sobre en qué consiste “querer y sentirse querido”, llego a la conclusión de que es una condición para ser feliz. Parece que sentirse querido es más fácil conseguir, ya que depende en buena parte de las demostraciones de cariño de las personas que nos quieren. Pero también es importante dejarse querer. En este caso lo importante no es lo que yo hago por los demás, mi servicio, mi generosidad. Dejarse querer es reconocer con gratitud lo que, quién me ama, hace por mí. Ese “sentirnos queridos” puede variar de una persona a otra. Cada uno tiene su forma de entender y preferir esas manifestaciones que muestran el cariño.

La felicidad está relacionada con el amor y el amor tiene que ver con la entrega y servicio al otro. Querer supone sacrificio, generosidad, saber perdonar, olvidarse de sí mismo. Solo cuando estamos dispuestos a darlo todo a cambio de nada es cuándo más nos acercamos a ser felices, a poder vivir una vida y un amor pleno.

Si tuviera que resumir en dos palabras cómo demostrar el amor, destacaría el tiempo y el cariño. Dedicar tiempo, no solo en cantidad, sino de calidad, ya que la relación, el trato, es la base del conocimiento mutuo y eso requiere tiempo. Y el conocimiento mutuo es la base del amor.

El cariño se refleja en los detalles. Supone ayudar, sorprender gratamente, regalar, aunque no suponga gastarse dinero. ¿Cuánto vale una sonrisa? También se demuestra con palabras diciéndolo cuando sea necesario.

Los amores que se dejan llevar por el sentimiento sin pasar por la inteligencia con frecuencia producen mucho sufrimiento. Sentimiento, sí. Inteligencia también. Voluntad, sin duda. Si te enamoras y si pasas por malos momentos, no te dejes llevar solo por los sentimientos. Estos son cambiantes, dependen de muchos factores y circunstancias. Las razones son más estables. Permanecen en el tiempo.

Si queremos ser felices, me parece importante que nos preguntemos: ¿Sabemos querer de verdad? ¿Dedico el tiempo necesario y manifiesto detalles de cariño a las personas que quiero?

Este artículo se publicó en el Diario de Almería.

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