Un grupo de graduados en Derecho en California (EE UU) demandó a sus universidades por haberles creado falsas expectativas laborales. Tras haber invertido en sus estudios el equivalente a decenas de miles de euros, no lograban encontrar un empleo.

El destino para muchos graduados universitarios, tanto allí como en otros muchos países, es dedicarse a doblar ropa en algunos grandes almacenes. “Incluso nuestras mejores escuelas están fracasando a la hora de preparar a los estudiantes para el siglo XXI”, admite Tony Wagner, experto en educación de la Universidad de Harvard. Esto preocupa en EE UU, donde la tasa de paro es del 7,4%,según datos del Gobierno federal. En España esta cifra escala hasta el 50% para quienes solo tienen la ESO y ronda el 20% para los licenciados, según datos oficiales. Aunque el fenómeno es global, España se ve especialmente azotada con más de un cuarto de su población en paro. 

 

¿Qué es lo que está fallando? ¿Qué impide encontrar un trabajo? Según muchos expertos, la clave está precisamente en la falta de adecuación entre la formación y las necesidades de las empresas. El número dos de recursos humanos del gigante tecnológico Google, el rumano Laszlo Bock, declaró recientemente que el expediente académico “ha dejado de importar”. Según este ejecutivo, no hay correlación entre las notas obtenidas y el posterior rendimiento profesional. Como mucho, anotó, los buenos registros académicos sirven “para encontrar el primer empleo”. Algo que en cualquier caso puede tener una gran trascendencia futura. Según el catedrático de la Universidad Carlos III de Madrid Antonio Cabrales, ese primer empleo “condiciona el resto de tu trayectoria profesional”. Es decir, que el currículum aún importa.

“Lo que sucede es que el currículum ya no es solo tu expediente académico, sino el conjunto de habilidades y experiencias adquiridas”, explica Juan José Dolado, coautor de Propuestas para la reforma de la Universidad española un trabajo del think tank progresista Fundación Alternativas

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Luis Garicano, catedrático de Economía y Estrategia de la London School of Economics (LSE) y miembro de Fedea, un think tank liberal, resume así las habilidades necesarias para competir en una economía globalizada: “Saber analizar la información, saber la estadística necesaria para interpretar datos; poder formular un argumento; nociones de programación; conocer idiomas y ser creativo en la solución de problemas”. José García Montalvo,  catedrático de la Universidad Pompeu Fabra, añade a estos requisitos la capacidad de tener en cuenta los aspectos económicos de cualquier problema.
La directora de servicios profesionales de la agencia de colocación Adecco, Susana Sosa, asegura que las grandes diferencias entre quienes buscan empleo no se hallan en la parte más técnica, sino en la competencial. Esto es  hay carencias a la hora de trabajar en equipo, liderar, comunicar y analizar.Según cree, estas competencias pueden desarrollarse durante la etapa laboral, pero “se adelantaría mucho si estos aspectos se trabajaran en la época formativa”.

 
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Ver también: Destaca tus habilidades en el currículo (artículo de Expansión)

 

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