A sus 29 años, Tomás Páramo se ha consolidado como uno de los creadores de contenido masculinos más famosos de nuestro país. Es padre de tres hijos, tiene su propia empresa dedicada a la moda y, sobre todo, se describe como un apasionado de la escritura. En una entrevista concedida a ABC, nos presenta su segundo libro, ‘Si supieras quién soy’ (Editorial Planeta), que nace desde el dolor y el sufrimiento para terminar transformándose en un libro escrito desde el amor. Donde también nos habla de salud mental, fe, familia y del valor de mostrarse sin máscaras en un mundo que vive de la apariencia.
Te selecciono algunas frases de Tomás durante su entrevista:
Llegué a este mundo mientras estaba en la universidad. Estudié Publicidad, y recuerdo que en mi universidad organizaron unos premios. A mí siempre me ha gustado escribir, así que me presenté… y gané el primer premio. A raíz de eso se empezó a hablar un poco de nuestra historia en radios, medios de comunicación, periódicos, y eso despertó cierta curiosidad en la gente…
Hoy en día me siento especialmente cómodo escribiendo. Me gustaría seguir desarrollando esta faceta junto con mi pasión por la moda y la fotografía, que también me encanta. Estoy en un momento en el que me apetece desarrollar mucho esa parte de mí, que es con la que mejor me siento.
Cuando estoy triste, escribir me ayuda a entender lo que siento. Un día escribí un texto que terminó siendo la introducción del libro, titulado Si supieras quién soy. Al leerlo, me generó una reacción muy fuerte. Me di cuenta de cosas que no estaba viendo o que no quería ver…
Todos los días escribo: al dejar a mis hijos en el colegio, me dedico diez minutos para mí. Voy al Santísimo y tengo un canal donde comparto reflexiones diarias del Evangelio con más de 17.000 personas. La escritura se ha convertido en una forma de desahogo.
El matrimonio es una elección diaria. Nosotros tuvimos a nuestro primer hijo con solo nueve meses de relación, y eso marcó mucho nuestro camino. Nuestra historia ha sido siempre un esfuerzo, pero un esfuerzo por querernos bien.
Hoy María es mi refugio. Cuando estoy mal, necesito su abrazo. Con el tiempo, nuestro amor ha sido un ejercicio consciente: elegir cada día por qué me quiero enamorar de ella. Somos un equipo de élite, sobre todo para nuestra familia. Para mí, María es un lugar seguro.
Solo quiero que mis hijos sean buenas personas, que sepan mirar a los demás con empatía. Creo que eso es lo más importante, sobre todo en un mundo con tanto sufrimiento invisible, especialmente entre jóvenes y niños. Quiero que no hagan daño, pero también que no se dejen dañar.
Leer la entrevista completa en ABC de Laura G. Calleja