“Volver con el alma en calma”

El verano nos regala una tregua. Una pausa luminosa en la que el tiempo parece estirarse y la vida se vuelve más sencilla. En estos últimos días de agosto, cuando el calendario empieza a llenarse de nuevos comienzos, siento que algo dentro de mí también se renueva.

Descansar no es solo parar. Es volver a habitarse. Es recuperar la alegría de lo pequeño: un libro que nos atrapa, una sobremesa sin prisa, una caminata al atardecer. Es reconectar con lo que nos hace bien, con lo que nos da sentido. Y en ese descanso consciente, la mente se aclara, el cuerpo se suelta y el alma respira.

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