¡Muchas gracias! Así empecé mi discurso que como padrino, di el 5 de abril de 2019 a los alumnos de la promoción de Dirección y Administración de Empresas de mi Facultad de la Universidad Alcalá.

Hoy es un día muy especial. Los alumnos de la promoción me han elegido como padrino, precisamente cuando es el último como profesor universitario en activo. Me jubilo al final de curso.

Me gustaría compartir algunos párrafos de mi discurso. Lo he pensado mucho y he tratado de manifestar mis sentimientos y pensamientos que, durante mi vida como profesor universitario, me han sugerido los alumnos que he tenido.

«Ahora me enfrento a una nueva etapa de mi vida. Dejo de dar clases en la Universidad y en nuestra querida Facultad. Pero no penséis que me voy a quedar con los brazos cruzados. Estoy lleno de proyectos ilusionantes, que algunos de vosotros conocéis. Me he “reinventado”, o lo que es lo mismo, he cambiado de actitud y de proyectos profesionales…

A lo largo de mi vida he necesitado hacer varios cambios profesionales…

Estáis obligados a cambiar en un corto plazo. Dejáis de ser estudiantes. Tendréis que buscar trabajo y encontrar una actividad profesional que os ilusione, y buscáis de una manera clara ser felices. Deseáis desarrollar una carrera profesional que os ayude a realizar vuestro proyecto personal de vida. Tenéis ilusiones y seguro que soñáis con desarrollar un proyecto profesional que os ayude a mejorar tanto personal, como profesionalmente…

La primera experiencia que deseo trasmitiros es la necesidad de tener un proyecto profesional que sea coherente con vuestro proyecto de vida. Hay que contestarse a muchas preguntas: ¿Qué quiero hacer con mi vida? ¿En qué me gustaría trabajar? ¿Cómo buscar trabajo y cuánto tiempo emplearé en esa búsqueda? Como al acabar la carrera me parece que no sé bastante, tendré que formarme para encontrar más fácilmente trabajo. ¿Cómo lograr esa formación que necesito? ¿Realizo un Máster? ¿Qué tipo de Máster?

Sobre el diseño del proyecto profesional se pueden decir muchas cosas. Lo importante es diseñar una estrategia: primero analizar mi situación actual: ¿Cómo soy? ¿Cuáles son mis valores y los principios que me orientan en mis decisiones? ¿qué conocimientos tengo? ¿Cuáles son mis competencias y habilidades? ¿Conozco mis fortalezas y mis debilidades?

Después de analizar cómo soy, tengo que concretar unos objetivos realistas y asequibles. Pero que me ilusionen y que me ayuden a luchar y poner esfuerzo para lograrlos, a tener paciencia, a ser mejor persona.

Cuando tengo claro cómo soy y lo que quiero conseguir, tengo que elegir el camino más conveniente para lograr los objetivos que me he puesto. Tienes que tomar decisiones. Elegir es asumir el riesgo de equivocarse, de fracasar. No tomar decisiones es ya una decisión.

Para encontrar trabajo y desarrollar el proyecto profesional hacen falta amigos. Tener un amigo es tener un tesoro. Tener personas con las que compartir nuestra ilusiones y nuestros miedos. Los amigos son personas de las que me fío. Necesito tener muchos amigos y no solo conocidos. Esto me requiere tiempo. Sin dedicar tiempo a los amigos, no se puede consolidar una amistad. Hace falta querer y sentirse queridos, de lo contrario nunca seremos felices. Eso requiere tiempo y cariño. También con nuestros padres, abuelos, novio o novia. El secreto es “tiempo y cariño”.

Personalmente, me ha ayudado mucho preocuparme de los demás. Tener pasión por ayudar. La experiencia de todos es que ayudar, nos hace mejores personas y nos sentimos felices.

Además de ayudar, hemos de ser amables, agradecidos con todas las personas que nos encontremos en nuestra vida. Nuestros compañeros de trabajo, nuestros jefes…y con todas las personas que nos presten un servicio. También con el policía que nos pone una multa de tráfico. Porque lo importante son las personas. Todas se merecen respeto y un trato amable y agradecido.

Hay que tener muy claro que encontraremos dificultades. A veces nos parecerán insuperables. También hay que prepararse para sufrir y sufrir injusticias. Muchas veces sin entenderlo. ¿Por qué a mi me pasan estas cosas?… Pero no todo es sacrificio y sufrimiento. Hay muchas alegrías y momentos de felicidad.

Tenemos que ser felices, alegres, con buen humor y sentido positivo. ¡Sed optimistas! Las dificultades siempre se pueden superar, si contamos con el cariño de nuestra familia y amigos.

Es muy importante saber pedir consejo a las personas que nos conocen y nos quieren, aunque no, necesariamente, estén de acuerdo con nosotros. A veces los mejores consejos no proceden de expertos o de grandes profesionales. Antes de tomar una decisión, acude a las personas más cercanas: tus padres, tu novio o tu novia, aquél profesor con el que tenías una buena relación.

Tengo que terminar. Quiero hacerlo con unas frases breves, para que se graben con facilidad en vuestras mentes:

Aprender a leer es aprender a pensar, aprender a escribir y aprender a hablar.

El primer trabajo, casi nunca es el definitivo.

Quien no vive para servir, no sirve para vivir.

Cuando se tiene un porqué, casi siempre se encuentra un cómo.

El mejor regalo: una sonrisa.

Es más importante con quién se trabaja que en qué trabajas.

El modo de ser y comportarse es más importante que el curriculum.

Un amigo es un tesoro. Procura tener muchos.

Lo importante es trabajar bien, cuidar los detalles, con espíritu de servicio.

¡Prohibido quejarse!

Lo que se gana o se pierde es la confianza.

La confianza se inspira, no se impone.

El perfeccionismo es una piedra en nuestro camino, que nos impide avanzar como nos gustaría.

Es de bien nacidos, ser agradecidos.

La memoria del corazón es el agradecimiento.

Lo más importante en la vida, es que lo más importante sea realmente lo más importante

Y una reflexión final.

Ante las diferentes encrucijadas de la vida, os recomiendo  la plegaria de la serenidad, también conocida como oración de la Serenidad, es el comienzo de una oración atribuida al teólogo, filósofo y escritor estadounidense de origen alemán Reinhold Niebuhr y cuya versión más citada dice así:

Señor, concédeme serenidad para aceptar todo aquello que no puedo cambiar,

fortaleza para cambiar lo que soy capaz de cambiar

y sabiduría para entender la diferencia.

Te dejo el vídeo del acto. Mi intervención empieza en el minuto 13 aproximadamente: