España es el segundo país europeo, solo por detrás de Eslovenia, donde son más frecuentes los becarios-titulados. Se sitúa así a la cabeza de la Unión Europea donde más jóvenes con sus estudios ya terminados trabajan en prácticas. Y ocupa, además, el primer puesto entre los estados donde los becarios están peor pagados: el 70% asegura que la compensación que recibe es «insuficiente para cubrir el coste básico de la vida, como pagar el alquiler, la comida, etcétera»
Las prácticas en empresas pueden «facilitar la transición» entre la escuela o universidad y el mercado laboral.
Así lo considera la OCDE, organismo internacional que representa a las grandes economías del mundo y países en desarrollo, que cree que la existencia de la figura de los becarios puede aportar beneficios «tanto a los jóvenes como a las empresas». Sin embargo, en su último estudio sobre jóvenes y empleabilidad, la OCDE advierte de que existe «el riesgo de que se abuse de ese modelo».
Para acompañar estas afirmaciones, la OCDE acude al último análisis en profundidad que realizó la Unión Europea sobre el tema, con cifras de 2013. En esa fotografía sobre el mundo de los becarios, es donde España aparece muy por encima de la media (segundo puesto entre 28 países de la UE) en el número de jóvenes que se convierte en becario una vez tiene ya sus estudios terminados: el 67% de los jóvenes hace prácticas con su diploma bajo el brazo. De estos, el 56% es becario-titulado una vez, y otro 11%, repite la experiencia de hacer prácticas pese a estar graduado una segunda o incluso una tercera vez.
Imposible vivir con unas prácticas
Si España llama la atención por el número de becarios-titulados en Europa, donde se lleva la palma es en la baja retribución que acompaña a estos puesto: a siete de cada diez no les da para vivir. El 42% de los becarios asegura que sí reciben algún tipo de compensación, pero cuando les preguntan: «¿Esa compensación económica es suficiente para cubrir el coste básico de la vida como el alquiler o la comida?». Solo el 29% contesta afirmativamente.
El otro 70% no puede vivir de su beca, el nivel más alto de precariedad de toda la UE.