«No han sabido gestionar el fracaso. Qué importante hubiera sido una consigna conjunta ante un hipotético fracaso. Si perdemos, pues todos a felicitar a Río, y a callar. Qué simple. ¿Por qué? Por una sencilla razón: si presentamos la candidatura de Madrid 2020, la reacción que hemos tenido nos va a pesar como una losa. El ciclo de vida de la campaña no acababa en el sí o en el no. Acababa en la aceptación sin paliativos del resultado. Además, el mensaje de tolerancia que ha vendido la candidatura durante tantos meses, pierde toda su credibilidad al mostrar nuestra intolerancia al no. Y precisamente en unos Juegos, en donde las derrotas deben asumirse con elegante deportividad».

El párrafo anterior, corresponde al análisis de la campaña de comunicación de la candidatura de Madrid a los juegos olímpicos de 2016. El análisis completo puede leerse en una entrada del blog de la Pradera (La comunicación en los medios de comunicación), titulada «Madrid 2016: la gestión del fracaso». Resulta interesante revisar la web de «Madrid 2016», analizar la estrategia de comunicación y comprobar de qué modo se refleja el resultado. El fracaso de la candidatura solo se menciona en una noticia.

«En general, somos quien somos gracias a nuestros fracasos porque «el éxito –como decía un pensador– sólo confirma nuestras expectativas». La derrota es más formativa que la victoria. Además, bien digerida, nos hace más humanos al ser capaz de comprender mejor el dolor ajeno. Lo contrario, el éxito, suele derivar –si no se tiene una personalidad bien amueblada– en una cierto aire de superioridad y arrogancia.». Estas y otras ideas aparecen en la entrada «El fracaso no existe» en el blog de Francisco Alcaide. ¿Tú que opinas sobre la gestión del fracaso en las estrategias de marketing de una organización o de los «fracasos» personales?