Los empresarios que vienen a verme me cuentan su estrategia. A muchos les tengo que decir que no es verdad, que esa No es su estrategia. Les explico que estrategia no es lo que planeas hacer, ni lo que sueñas ser. Tu estrategia es lo que estás haciendo ahora, esa es tu verdadera estrategia. Lo demás son sueños.
Entonces les animo a que piensen en la diferencia entre lo que quieren hacer y lo que realmente hacen. Les insto a trabajar en disminuir esos desalineamientos, hoy, ya.
Si eres directivo o empresario y tienes una estrategia clara, analiza qué áreas y actuaciones en tu empresa están hoy desalineadas con ella.
Tu trabajo como líder (de empresa, división o equipo) es identificar y corregir vuestros desalineamientos estratégicos. Búscalos entre la cultura deseada, la estrategia, la estructura, los valores, los sistemas de retribución, el modelo de negocio, las prioridades y las operaciones.
Tus acciones hablan muy alto. Tu equipo se va a fijar mucho más en lo que haces que en lo que dices. Si como líder eres ambiguo con tu estrategia, transmites mensajes contradictorios, actúas de manera errática o tomas decisiones desalineadas, será interpretado de manera negativa, dañará tu estrategia y a tu empresa. Se coherente y se claro como un cristal.
Esto sirve también para tu vida. Tu reto personal es reducir la diferencia entre lo que dices y lo que haces. Entre lo que quieres ser y lo que eres actualmente. No es lo que hacemos alguna vez lo que define nuestras vidas, es lo que hacemos consistentemente.
Una buena estrategia empresarial consiste en decidir «qué no vas a hacer». Tener la disciplina de decir NO a todas aquellas tentaciones que aparecen en el margen de tu estrategia como cantos de sirena y que, si las sigues, te banalizan. Las empresas tienen una tendencia gravitacional hacia la mediocridad.
Triunfan aquellas empresas diferentes, que dan un servicio radical «en un aspecto de valor». Para ello deberéis alinear toda la organización en ese aspecto: el diseño del trabajo, el tipo de gente que contrata, el sistema de incentivos, todo.
Si quieres ser diferente, no sigas las reglas, no te compares con otros, rompe el status quo. Desarrolla un concepto que tú domines, en el que tú seas el mejor, el líder y un mercado en el que nadie haga exactamente eso. Disfrutarás mucho más, pues un sector es como un trineo tirado por perros; si no eres quien va delante, las vistas nunca cambian.
Haz tu estrategia y tu modelo de negocio lo más simple posible. Las cosas buenas son simples. Dios es simple. Somos los humanos quienes tendemos a complicar.
Reduce tu estrategia a su esencia en una frase clara y memorable. Esa frase debe capturar el código genético que la hace diferente a las demás y debe reflejar su ventaja competitiva diferencial.
No intentes innovar para el futuro, innova para el presente. Tu objetivo no debe ser visualizar el futuro, sino crearlo. Trabaja en cambiar ya.
Se audaz. Las barreras de la mente son más sólidas que las barreras de piedra. Muchos de los límites que vemos en la realidad nos los autoimponemos nosotros.
Artículo en el blog de Enrique Quemada